Para ser capitán, por norma, hay que haber vivido muchas batallas. Para los entrenadores, la experiencia es un grado que suele estar acompañada de carácter, personalidad, talento, capacidad de liderazgo y, a ser posible, una estrecha vinculación con el club en el que se juega. La frontera para ser merecedor de lucir el brazalete está próxima a los 30 años. La mayoría de estos jerarcas superan esa edad. Que Jesús Vallejo porte la cuatribarrada en su brazo con 18 años es la gran la excepción que rompe la regla, en realidad la tritura en el equipo de Segunda División que más capitanes ha tenido esta temporada, hasta siete en total (Álamo, Fernández, Alcolea, Rubén Gonzáñez, Pedro, Diogo y el propio Vallejo).

Ese baile se ha terminado: quien ordena y manda desde hace ocho jornadas es el futbolista zaragozano. Un chico con corteza de hombre en su interior que ha justificado el porqué de ese honor que le ha concedido Ranko Popovic. La decisión se ha tomado por las características de un personaje que irradia personalidad al margen de lo que diga su DNI. Nació la noche de Reyes de 1997, pero por momentos se diría que lleva siglos ejerciendo de central.

No es el jugador más joven de Segunda y de las grandes ligas continentales en haber sido

capitán esta temporada. Fede San Emeterio, del Racing, saltó al campo con 17 años frente a Osasuna

y ha repetido en las dos últimas jornadas. Jesús Vallejo, dos meses mayor que el centrocampista

cántabro, ha encadenado ocho encuentros consecutivos comandando a un Real Zaragoza que acaricia a promoción de ascenso con su impagable colaboración, lo que otorga más enjundia a sus

galones. Se puede decir que es el capitán de Europa.

En el último partido participó con su ambición y entusiasmo en los tres goles del conjunto

aragonés en Pucela, en una remontada épica, muy a su manera. Popovic le entregó el brazalate en

el encuentro de Tenerife, donde hizo el tanto del empate, y lo ha mostrado grapado a su orgullo

contra Sporting, Betis, Numancia, Ponferradina, Albacete, Girona y Valladolid. En la dolorosa

derrota con el Mirandés no estuvo por sanción. La afición ve un muchacho sobre el campo, pero

en cuanto la pelota echa a rodar se refugia en este profesional maduro, pulcro y seguro que le

entusiasma como futbolista y le emociona por aragonés.

Para comprender en toda su dimensión el mérito que supone ser líder deportivo de un club

profesional, la comparativa con las mejores competiciones del Viejo Continente sitúa en su

justo valor el logro de Jesús Vallejo. Los capitanes más jóvenes de Europa en este ejercicio

(sin olvidar a Fede San Emeterio) han sido Juanmi (22 años, Málaga), Johannes Geis (21, Mainz,

Bundesliga), Harrya Kane (21, Tottenham, Premier), Mattia Parin (22, Génova, Serie A), Geoffrey

Kondogbia (22, Mónaco, Ligue 1) y Josue Sá (22, Vitoria Guimaraes, Portugal).

A los 18 años, el canterano Jesús Vallejo observa desde la colina la batalla inminente. Al primer cañonazo, se le contempla empuñando la bandera con su brazo izquierdo y blandiendo la bayoneta en su corazón. Sin temor alguno al fuego cruzado. En primera línea salvo el próximo domingo frente al Las Palmas. Le reclama España.