El buen momento de Rubén tiene algo o mucho de leyenda urbana. Se esperaba de él un jugador de vuelta de casi todo y ha cumplido con profesionalidad la ausencia de Vallejo por lesión. Tiene experiencia, cierto poso y un dominio considerable del juego aéreo por los centímetros que le ha regalado la naturaleza, pero el tiempo se ha anclado en sus piernas según para qué trabajos. El de la velocidad de acciones y reacciones pasó a mejor vida en el central. Se ha podido comprobar en los dos últimos partidos, contra el Racing y frente la Lugo, encuentros en el que tomó decisiones desafortunadas y vio pasar el tren sin subirse a él. En la visita al Llagostera protagonizó un cuarto de hora inicial terrible que luego corrigió. Pero los buenos resultados, la escasa exigencia ofensiva de los rivales y el titánico rendimiento de Mario han corrido un tupido velo sobre esos detalles en absoluto menores y le han dado la titularidad.

Lo que ha demostrado Rubén es que sus recursos otoñales pueden enriquecer la variedad del equipo cuando las circunstancias lo requieran con urgencia. Su presencia continuada en el once carece de sentido si Vallejo está en condiciones. El defensa zaragozano aún tiene tics juveniles, pero esa falta de recorrido la suple con un repertorio físico y una calidad muy por encima de las que aporta Rubén, quien es complicado que mejore el peor día de su compañero. Hay que tener en cuenta otro factor que, aun en igualdad de condiciones, debería jugar a favor del aragonés: es un valioso patrimonio del club, por lo que dejarle en el banquillo supone la peor de las inversiones deportiva y también administrativa.

No hubo debate al principio y sería positivo que se cerrara cuanto antes el que se ha abierto durante las últimas semanas al elegir Víctor a Rubén como fijo en sus planes. El chico, con 17 años, desborda carácter, personalidad y una salida de la pelota contundente o de finas hierbas, según lo exige el guión. Por arriba ha de mejorar y protegerse más... El técnico ha insinuado que Rubén podría seguir en la alineación este domingo en Alcorcón. No se lo merece por tres razones: está mal, Vallejo es mejor y merece algo de nevera por su desagradable e irrespetuosa rabieta al ser sustituido contra el Racing.