Un grito contenido de 'finalista' quedó atragantado en las gargantas de las 18 mil personas que colmaron la Plaza de Toros de las Ventas este sábado, que deberán esperar a la definición de los últimos dos individuales ante Estados Unidos para garantizar una plaza en la serie decisiva por la tercera 'ensaladera de plata' de la historia para España.

Los cinco sentidos de los aficionados españoles estuvieron atentos a la posibilidad de festejar el pasaporte a la final, pero al toda la ilusión con altos y bajos quedó en suspenso a al espera que mañana Rafael Nadal o David Ferrer puedan sumar el ansiado tercer punto.

Vista: Todo comenzó con la pista del escenario taurino que lentamente fue colmando su capacidad hasta lucir un impactante marco, que superó la impresión mostrada en la jornada inicial de viernes. El color verde característico de la competición contrastaba con el rojo y amarillo que vistió las Ventas para la ocasión, mientras que los visitantes presentaron un blanco impecable.

Oído: La presentación de Fernando Verdasco y Feliciano López, en el día de su cumpleaños número 27, determinó una ovación al ritmo de los bombos, platillos y trompetas. Los gritos de "España, España", "A por ellos", "Yo soy español" y las palmas al ritmo flamenco pusieron los acordes musicales en un día que la única palabra que esperaba escuchar la afición era "Finalista".

Olfato: La conquista del primer parcial en manos de los españoles daba la sensación que el tercer punto ante la pareja norteamericana era posible y que había olor a serie cerrada. Los dos siguientes parciales conquistados por Mike Bryan y su poco habitual compañero, Mardy Fish, dejaba en el ambiente un 'tufillo' de que la tercera y decisiva jornada sería necesaria para ponerle nombre al equipo que accedería a la final.

Tacto: El calor fue una constante durante toda la jornada pero los abanicos rojos distribuidos por la organización eran un elemento imprescindible. Pero, sin dudas, la remontada del cuarto parcial de la pareja española fue el momento que subió más la temperatura en el coliseo taurino. La tradicional ola humana y los gritos de "España, España" y "Este partido lo vamos a ganar" marcaron el punto de mayor contagio entre el equipo español y su afición.

Gusto: El quinto y decisivo set con victoria estadounidense dejó sin dudas a toda la afición, nuevamente con Pau Gasol en las gradas, con una sensación agridulce en la boca. Tres horas y dieciséis minutos de juego con la victoria tan cerca dejaba un gusto amargo porque la definición de la serie estuvo al alcance de la mano.

Sin embargo todavía España está a un punto del pasaporte a la final y cuenta con su 'as de espadas', Rafael Nadal y un entonado David Ferrer para dar ese paso.

Puras sensaciones que fueron vividas a cinco sentidos por la afición que colmó la Plaza de Todos de las Ventas, una historia que se repetirá este domingo con ilusión renovada por parte de cerca de 20.000 personas.