--Las cosas le están yendo especialmente bien en el Alcorcón.

--Sí. Prácticamente la semana que llegué ya jugué de titular. Eso fue lo mejor que me pudo pasar.

--No es algo muy habitual asentarse tan pronto en un nuevo destino.

--El año pasado jugué 25 partidos con Las Palmas en Segunda, que es una categoría muy competitiva, que te hace madurar mucho y ser más fuerte. La considero muy apropiada para crecer. Este año llevo ya 18 partidos de Liga y en cada uno adquiero un conocimiento nuevo.

--Ha sido mejor la cesión a un equipo de Segunda jugándolo todo a estar en un Primera y no contar con tantos minutos.

--En verano no tuve ninguna oferta de Primera, salvo el Rayo Vallecano, pero no hubo nada firme. Fue un halago que muchos equipos de Segunda me quisiesen, porque eso habla bien de mi temporada en Las Palmas. Antes de irme allí, el año pasado, casi solo tuve oferta por ellos. Esto demuestra que el fútbol no tiene memoria. Antes de lesionarme estaba arriba; me lesioné y nadie se acordaba de mí. Hay que jugar y estar siempre en la cresta de la ola y para eso son las cesiones.

--Esto demuestra lo despiadado que puede ser el fútbol.

--Es que la vida es así. Después de lesionarme, mucha gente que estuvo a mi lado ya no estaba. Eso me ayudó a saber a quién tengo que tener ahora al lado. No diría que es la mejor experiencia que he tenido, pero fue algo muy provechoso para lo sucesivo.

--Algo así le haría madurar mucho antes que a la mayoría.

--Es muy duro trabajar cada día solo con el preparador físico. Ese sacrificio te hace madurar. Ahora sé a quién quiero tener al lado.

--El pasado verano, a lo mejor fue una decepción no poder quedarse en el Zaragoza nuevamente.

--Había mucha gente en la defensa, no iba a jugar demasiado y no hay que ser tonto, sino inteligente. Tenía que buscar minutos por mi edad y por mi progresión.

--Al producirse en los últimos días, le dejaría un mal sabor de boca después de toda la pretemporada.

--No iba a tener la posibilidad de jugar y a mí no me interesa estar en la grada y al club tampoco. Si me hubiera tenido que ir una semana antes, me hubiera ido. Era una decisión para meditar mucho y por eso fue a última hora.

--Ha vivido dos cesiones en dos años, ambas en Segunda, aunque serán experiencias diferentes.

--El año pasado en Las Palmas había un gran equipo, prometía más porque es un club con más historia. El Alcorcón lleva tres años en Segunda y el objetivo es mantenerse, pero las cosas están saliendo bien. Ha sido la mejor primera vuelta de la historia del Alcorcón pero hay que repetir en la Segunda, porque si no, nadie se acordará de este equipo.

--Y en lo personal, parecido.

--El año pasado lo que quería era volver a estar metido al cien por cien en un equipo profesional: entrenando, jugando... y este año tengo más responsabilidad.

--La responsabilidad también la tendría como canterano aquí.

--A la gente de la casa se le mira con lupa. Tienes que demostrar por qué has subido al primer equipo. Este año en Alcorcón me estoy jugando mucho porque me queda un año de contrato en el Zaragoza.

--Por ello, éste es su año más importante.

--Volver después de dos años parado por una lesión y ver cómo respondía mi cuerpo fue una sensación muy importante también.

--Coincidió con Raúl Goni la semana pasada en el Sabadell-Alcorcón. Se cruzaron los caminos de dos canteranos que se han tenido que buscar la vida en otro lado. Hablarían del Real Zaragoza.

--Hemos hablado tanto en las pretemporadas que ya casi no nos queda nada que decirnos (risas). Me contó que ya había encontrado piso. Como yo, nada más llegar jugó de titular y será su primer partido de muchos.

--Si el próximo curso no se asentase en el primer equipo, con solo un año más de contrato, sería una situación límite.

--Por suerte, he vivido mil cosas en el fútbol, que con 23 años muchos no han vivido y tengo esa experiencia. No he hablado con el Zaragoza de renovar, pero llegado el momento nos sentaremos y ojalá pueda hacerlo.

--En esas llamadas no le han dicho si cuentan con usted para lo próxima temporada.

--Bastante tienen como para pensar en mí.

--El pasado verano, su relación con Jiménez fue fluida.

--No tuve ningún problema, al revés. Te muestra mucha confianza y la puerta de su despacho está abierta para cualquiera.

--Para tener 23 años, puede que sean muchas veces haciendo las maletas.

--Es muy difícil. Mi familia desde fuera ayuda mucho. Casi estoy solo físicamente pero siempre tengo su apoyo. Hay que acostumbrarse porque la vida del futbolista es así.

--El año pasado en Las Palmas sería el más complicado.

--Claro, sobre todo porque era la primera vez que salía de casa y en el destino más lejano posible. Fue difícil, pero con eso demuestro que mi ambición por jugar al fútbol está por encima de todo. Era el destino más difícil para mi familia pero era lo mejor para mí.

--Además de dejar atrás la familia, ¿qué fue lo más difícil?

--Aparte de dejar mi casa, lo que conlleva. El apoyo de estar con los tuyos y... la cocina.

--¿Le resulta muy difícil apañarse solo en las labores de cocina?

--Me apaño. Es difícil, porque es la primera vez que salgo de casa pero cuando viene mi familia me intenta enseñar. Para eso también hay que valer.

--Y, por lo que parece, se le está dando bien hasta el momento.

--Bueno, podría decirse porque no he muerto todavía (se ríe).

--Otro síntoma más de madurez.

--Todo influye. A mi edad, estas experiencias serán muy buenas.

--Entre Las Palmas y Alcorcón, ¿con qué ciudad se queda?

--Las Palmas era un buen sitio por el clima pero me quedo con Madrid. Aunque haga más frío estoy más cerca de casa.