Durante algunas semanas, hasta que se cruzó en el camino el Barça B, la crispación, que tanto tiempo lleva instalada en el club, desapareció al fin. Pero ya está de vuelta. Se le preguntó ayer a Víctor por las críticas que está recibiendo en los últimos días y el técnico, molesto, contestó con una sonrisa que no escondía su irritación.

"Por una parte, me hace gracia. Estoy escuchando a todo el mundo, eso es lo que puedo decir", espetó el técnico, enigmático, tras varios segundos de silencio. "La temporada de Segunda es muy larga. Si analizas lo que pasó la temporada pasada, en diciembre parecía que el Zaragoza iba a subir a Primera y, dos meses más tarde, cuando yo llegué, el Zaragoza estaba en Segunda B", explicó, lanzando un dardo a los vaivenes del criterio periodístico. "Yo respeto a todo el mundo, vamos a respetarnos todos", pidió. Justo después Víctor volvió a defenderse.

"Es muy bonito que todo el mundo opine, los aficionados pueden decir que tiene que jugar este o aquel, pero los que reunimos todos los datos, los que sabemos cómo está el jugador, cómo ha entrenado el último día, qué se busca en el partido, somos los profesionales", señaló Victor.

En cualquier caso, el técnico no escondió que la necesidad de vencer aprieta. "Es importante ganar, pero sobre todo por la ilusión que tienen la afición y los jugadores. Yo tengo un poco más de experiencia en estas cosas, pero esta afición necesita una victoria ya, tranquilizaría a todo el mundo. Veo que hay muchísima inquietud". Tres puntos de 12 en la Liga son una marca que preocupa, aunque la ausencia de preparación se puede poner como atenuante. "Algunos no hicieron pretemporada, otros acaban llegar, hay que ser consecuente. El Zaragoza ha cambiado muchos jugadores, llevamos cuatro partidos y son 42", recordó Víctor.

¿Cuándo estará el equipo a punto físicamente? "No me atrevo a decirlo. Ahora hay jugadores francamente bien y otros a los que les falta. No podemos esperar. En un plazo de un mes todo el equipo tiene que estar funcionando a la perfección, incluso Tato". Víctor también alertó del peligro del Alavés. "Es un rival difícil, que ha empezado la campaña con muchísima vitalidad y fuerza. Perdió el domingo, pero acabaron reconfortados porque estuvieron a punto de remontar un 0-3 con el Barça B".

Los tres últimos partidos han descubierto una fragilidad defensiva desconocida al inicio de la Liga, algo que el equipo debe remediar. "Hemos hablado de los errores. Han sido puntuales, hemos intentado descifrar cuáles eran y corregirlos. Haremos cambios en algunos detalles", dijo, al tiempo que incidió en el despiste de Borja Bastón en el gol del Sabadell para defender que el balón parado no es un problema crónico del equipo. "No es un mal. Lo repito y lo tengo que repetir 7.000 veces, es un error de un señor que se engancha y se queda detrás... Es normal. Eso no puede ocurrir en el fútbol profesional, pero ocurre", zanjó el entrenador.