En el mundo del deporte suele acuñarse la famosa frase que reza: «A entrenador nuevo, victoria segura». Luis Guil se estrena en su nuevo banquillo y lo hace a lo grande, jugándose un duelo a vida o muerte ante el Río Natura Monbus Obradoiro (20.00 horas). La sombra del descenso comienza a planear en el club aragonés y esta semana movió ficha y destituyó a Andreu Casadevall en busca de una reacción. El equipo gallego, penúltimo en la tabla con tan solo una victoria menos que el Tecnyconta, llega el Príncipe Felipe tras ser borrado de la pista por el Herbalife Gran Canaria y con una colección de bajas que nada tiene que envidiar a la del conjunto rojillo.

Eso sí, las del Tecnyconta son especialmente peliagudas. Hasta el mismo calentamiento no se conocerá si Bellas y Gecevicius podrán jugar. Ninguno de los dos ha entrenado durante la semana y, aunque ambos podrían no jugar, existe más optimismo con el base madrileño que con el lituano fruto de la favorable evolución de las últimas horas. El Obradoiro llega a Zaragoza muy mermado. Urtasun podría volver antes de lo previsto, aunque su estado físico es una incógnita. Además, Moncho Fernández no podrá contar con Corbacho, Rosco Allen, Adam Pechacek y con el sustituto de este último, Aleks Maric, fichado esta semana hasta final de temporada, pero que no llegará al encuentro de hoy.

Camiseta especial / El Tecnyconta Zaragoza desvelará a lo largo del día la camiseta especial del XV aniversario del club. La disciplina aragonesa tan solo anunció que será rojilla y con mangas en vez de tirantes. Ese detalle, que envolverá al partido en un aura especial por el cumpleaños y la equipación, debe servir de incentivo para los jugadores y la afición, ambos conscientes de lo que se juegan. Ya lo avisó Benzing el pasado jueves: «Es nuestra primera final».

Eso sí, para obtener la victoria será necesario cerrar el agujero defensivo. De hecho, el Tecnyconta comienza la jornada como el segundo equipo con más puntos recibidos, solo por detrás del ICL Manresa, colista de la Liga Endesa. Esa es una de las premisas que dejó muy claras Luis Guil desde su llegada. Otra de ellas será el juego más alegre y no tan sistematizado que pretende el técnico sevillano.

«Hemos ido metiendo cositas, mejorando sobre todo el tema defensivo para ser más consistentes y algunos detalles ofensivos para correr un poco más y dar más libertad a los jugadores, que entre su talento en el juego», dijo el entrenador en la previa. Ese estilo de juego ya encandiló al Príncipe Felipe con el malogrado José Luis Abós. Ahora, los objetivos son muy distintos, pero la victoria se antoja muy necesaria.