Se sabe fuera de la lucha por el título pese a que, matemáticamente, aún tiene posibilidades. «Es casi imposible, no solo debo ganar las tres carreras que restan, también necesito que Márquez y Dovizioso cometan errores y eso no ocurrirá. No a estas alturas del Mundial». Maverick Viñales (Figueras, 12 de enero de 1995) está dolido y enfadado, pues empezó arrasando con su Yamaha y ha terminado con una moto que tiene un comportamiento errático. «Pilotar la Yamaha en el inicio del Mundial era un placer. Hacía lo que quería con ella. Luego, Michelin cambió los neumáticos y nos hemos liado mucho, cambiando piezas, el chasis y buscando la manera, desesperada e inútilmente, de solucionar los problemas de agarre en la rueda trasera, especialmente en agua», cuenta Viñales.

Descabalgado de la pelea por el título de esta temporada, el piloto catalán cree que el gato al agua se lo llevará «el piloto más inteligente, aquel que sepa y pueda pensar más cuando esté encima de la moto. Yo creo que puede ganar cualquiera de los dos, pero Marc sigue siendo el más completo de todos, tanto en agua como en seco, y el líder del Mundial, así que hay que intentar batirle a él».

Viñales repasa también la manera tan particular de pilotar de Márquez y hace la siguiente evaluación. «Sí, arriesga mucho. Yo no arriesgo tanto como Marc, la verdad. No quiero lesionarme. Cualquier caída significa un riesgo de lesión más y pretendo reducir esa posibilidad, intentando estar dentro de mis límites. Es su estilo y le funciona. Si yo corriese como Marc, seguro que me haría daño, seguro. Creo hay muchos pilotos que piensan eso».

Viñales lamenta el estancamiento de la Yamaha («no hemos conseguido dar un salto en la puesta a punto», relata), a pesar de lo cual juzga su primer año en la categoría reina como «bueno. Hemos estado delante, hemos ganado carreras, hemos llegado al final con posibilidades de título, escasas pero matemáticas».