Sigue mostrando su rodilla lesionada. Y solo él sabe si aún está dolorida. Pero lejos de hincarla, de exiliarse al fondo del pelotón, de esperar un minuto de gloria en las cumbres asturianas o gallegas de la tercera semana, Alberto Contador levanta cada día el brazo, vigila, examina a sus rivales, los que ya no le creen cuando repite que no está en forma, y por si fuera poco, al menor descuido, como ayer camino de Ronda, ciudad magnífica a la que se llega por carreteras ventosas y calurosas, trata de organizarla, de cortar al pelotón, sin mirar hacia atrás, con su guardia del Tinkoff-Saxo. Contador está en la Vuelta. Y no precisamente de visita.

Hay ciclistas --y Contador es el número uno de la clase-- que solo saben dar un color especial a las carreras. ¡Qué habría sido del Tour 2014 de no caerse en los Vosgos! Nunca se sabrá. Por desgracia. ñCuando ve una oportunidad, la aprovecha", así se expresó ayer en Ronda sobre su rival Alejandro Valverde, juguetón en sus ataques, feliz porque ya se ha resuelto su futuro, dos años más en el Movistar, que serán tres (él con 37 años), si Telefónica mantiene el patrocinio en el 2017. "No se ir a cola de pelotón. Solo delante". Es otra de las frases repetitivas de Contador en los cinco primeros días de competición, en los que si solo se comprueba el resultado final de la etapa (ayer nueva victoria al esprint de John Degenkolb con Michael Matthews de líder) podría llegar a pensarse que no han sido muy apasionadas.

Pero, con el madrileño en concurso, es imposible muchos días de tedio. No se fía Valverde de Contador, ni Purito, ni Chris Froome, que hasta se atreve a divertirse un rato, esprintar en una meta volante y arañar dos segundos de bonificación. Nairo Quintana, silencioso, sigue las consignas de su director y consejero, José Luis Arrieta. ñTú tranquilo, pero atento". El colombiano parece que no esté, pero por el rabillo del ojo también está pendiente de Contador. ñ¿Qué no tiene equipo? ¡Y tanto que lo tiene! Y lo pone a trabajar lo justo, pero en el momento preciso". Lo decía ayer, como si fuera un adivino, Chente García Acosta, segundo director del Movistar, en la abarrotada salida de Priego de Córdoba.

LA FUERZA DEL VIENTO Y cuando Contador notó que el viento caluroso, como si fuera el aire de la calefacción saliendo con rabia por los filtros del coche, soplaba de lado, ordenó a su séquito del Tinkoff pasar a la acción. A la busca del abanico. Buscó la sorpresa, casi un imposible, porque él es así, es inconformista y si no se mueve, si no actúa de forma ofensiva, con el mismo hambre de gol de los grandes delanteros, se aburre. Ayer, hoy (primera llegada en alto, primera montaña seria, en Cumbres Verdes, en la Zubia, en las alturas de Granada) y siempre. Así es Contador para ventura del ciclismo y para dar un color especial a la Vuelta que siempre pensó correr.