Si viniera de visita a Zaragoza un esquimal y hubiera que explicarle lo que es una prueba popular qué mejor ejemplo que los 10K Carrera 080 Bomberos. Es la carrera tipo de un deporte que está de moda entre los zaragozanos. Tiene de todo. Una participación masiva de lo que ahora se denomina como runners. Fueron 4.000 en total por las calles de Zaragoza en un recorrido atractivo que comenzaba en el parque de bomberos de La Romareda y terminaba en el Parque de Tío Jorge y pasaba por la Plaza de Toros. Había también liebres a tutiplén, la típica batucada, Sergio del Barrero en la megafonía y un carácter solidario. Las inscripciones fueron a parar a la Asociación Aragonesa de Esclerosis Lateral Amiotrófica.

Pese la importancia de este evento casi más social que deportivo, no había premios en metálico a los mejores. Se vieron las típicas imágenes con corredores compitiendo con carritos con sus niños y los últimos realizando una andada. Allí estuvo un clásico como Joaquín Pacheco, que con su silla de ruedas abrió el pelotón. Tampoco faltaron los ultrafondistas María José Pueyo y Juan Romero.

No tuvieron suerte los participantes puesto que a la hora de la salida había calor y una alta humedad. Es decir, mucho bochorno. En cabeza se corrió a fuego. Tiró desde el principio Jesús Olmos, el atleta frutero. Pero le siguió la estela el madrileño Alejandro Jiménez, que remató al pupilo de José Luis Mareca solo a tres kilómetros del final. Jiménez terminó con 31.31 y tras Olmos fue tercero Edward Ríos. En mujeres venció una desconocida. Era Cristina Pablos, que hizo 42.11. Fueron segunda y tercera Lucía Morelli y Cristina Jiménez.

Los aficionados

Pero lo importante de esta carrera era la participación masiva de deportistas anónimos. Como era el caso Scott, nacido en Escocia hace 35 años, un investigador científico del CESIC. «Ha sido terrible. Me he encontrado fatal y sudábamos cantidad. No he hecho series en verano y me faltaba mucho ritmo. En el kilómetro 8 me pasaba gente». Terminó en 36 minutos. «Lo que más me gusta de esta carreras es el bocadillo de chorizo y salchichón que dan. Pero luego se lo zampan mis chicos. ¡Hay que compartir!», decía irónico.

Esther prepara el MIR y tiene 24 años. «Me gusta mucho porque es lineal, con un recorrido muy chulo y se hace fácil. Hace tres años empecé a correr populares. Me encanta el ambiente y es mejor que correr solo». Acabó es 52 minutos. Cristina Jiménez es una clásica del fondo aragonés. Acabó la tercera. Tiene 50 años y lleva 17 corriendo. «Pensaba ser la ganadora como el año pasado con 42 minutos. Pero hoy me he ido a 43. Hasta el kilómetro 3 la tenía en el punto de mira, pero ha sido imposible cogerla». Una crítica. «Tendrían que tener algún detalle y poner premios», apuntaba.

Era la primera carrera para Ana, una ingeniera química de 28 años. «Hace un mes nos apuntamos Edu, mi chico, y yo. Quería terminar y hemos acabado mejor de lo esperado en una hora. Llegamos a la vez. Me ha gustado el ambiente y con mucha gente muy joven», afirmaba la novel atleta.