Anda el Zaragoza con el miedo metido en el cuerpo. Las lesiones se suceden invariablemente y cualquier contratiempo se acoge con cierta suspicacia, quizá por prevención, más bien por la desconfianza propia de la realidad que le ha enseñado la temporada. Ayer el susto lo dio Willian José, que en la tarde de Valladolid pasó de ser casi un resto en la plantilla a uno de los hombres del ascenso. No fue nada, solo una contusión en el tobillo, pero por momentos cundió el pánico en la Ciudad Deportiva. De hecho, el brasileñó se asustó mucho e incluso se retiró a los vestuarios inmediatamente, cojeando y con claras muestras de dolor.

Desde el Zaragoza no se quiso garantizar al 100% su presencia en el partido del domingo, sobre todo porque el jugador dijo que tenía muy malas sensaciones en el tobillo. Se entiende que Willian no esperaba una adversidad así, y menos en estos momentos, y que sobrellevó el asunto con mayor nerviosismo del que suele ser habitual.

VUELTA A LOS ENTRENAMIENTOS

No obstante, en principio se espera que incluso hoy pueda estar de nuevo en la Ciudad Deportiva, y que mañana se entrene con sus compañeros con total normalidad. Popovic cuenta con él para este domingo y en sus botas se entiende que andará una gran parte del futuro del Real Zaragoza. En fin, que se espera que esté ante Las Palmas aunque no se quiera asegurar, y se confía en que mantenga las conexiones, futbolísticas y psicológicas, que ofreció en el último choque en Valladolid.

Willian ha sido uno de los casos más extraños de la temporada en La Romareda. Le costó arrancar con Víctor Muñoz, que no le incluyó en las primeras alineaciones, pero pronto se hizo fuerte en ese 4-4-2 en el que el brasileño se movía por detrás de Borja Bastón. La llegada de Popovic lo alejó del once inicial, al que solo ha vuelto en partidos puntuales, pero sin continuidad. El entrenador intentó motivarlo con algunas declaraciones en las que le pedía mayor implicación e integración, pero la situación no fue a mejor. De hecho, antes de los minutos que había jugado frente al Mirandés y de su estupenda irrupción en Zorrilla, había dejado de contar.