Ya da para muchos capítulos la andadura de Willian José en el Zaragoza, sobre todo desde la llegada de Popovic, que se empeña de forma inexplicable en que el delantero no salga de la diana. Tenía ante el Alcorcón la oportunidad de reivindicarse como 9 por la ausencia de Borja Bastón y, si a los arietes se les mide por los goles, el brasileño cumplió. Marcó uno, en el que ejecutó a Javi Jiménez con frialdad y suficiencia, y el meta le sacó otro, un disparo tras una buena combinación con Ruiz de Galarreta. Sin embargo, en la segunda parte se dedicó a pensar en sus cosas, en si se había dejado encendido el gas o en lo bonitas que son las playas de Copacabana, pero no estuvo desde luego en La Romareda. Sí en cuerpo presente, pero no en espíritu.

Y Popovic, al que oír el nombre del brasileño le hace subir las pulsaciones, no se contuvo en la sala de prensa, tildando de desastre su segunda mitad y asegurando que ni apareció ni peleó, acusaciones por otro lado muy graves de un entrenador hacia su jugador. Es verdad que también elogió su gol y sus 45 minutos iniciales, pero de nuevo el técnico lo expuso. Y lo ha hecho en demasía, sin que esa táctica haya mejorado el rendimiento del jugador.

¿Fue Willian el peor del partido? Claro que no, en la primera parte fue de lo mejor, marcó un buen gol y se le vio participativo. ¿Sobró su actitud en la segunda? Por supuesto que sí, aunque no es menos cierto que el equipo no le acompañó en absoluto. No es Willian un delantero que se busque la fortuna en solitario, que destaque por su capacidad en los desmarques. Es un punta que se asocia bien y que se hace notar más cuando el Zaragoza tiene el balón, algo que Borja no necesita para destacar y para llevar 20 dianas.

Pitos al irse

Popovic, que ya había dejado muestras de su enfado con Willy durante el partido con varios gestos, lo sacó del campo y los pitos se impusieron a los aplausos cuando el brasileño fue relevado por Diego Suárez, aunque quizá también muchos silbaron que el entrenador no tratara de buscar el triunfo juntando a los dos delanteros durante los últimos minutos del partido.

Después, en la rueda de prensa, el serbio habló del mal juego del equipo en la segunda parte, de que algunos jugadores desaparecieron, pero al único que nombró de forma explícita y con un mensaje contundente fue a Willian José, el mismo del intermitente, del pam, pam, el mismo de su carácter especial y el de sus problemas de adaptación.

Siempre él. Protagonista involuntario hasta si marca. No ayuda nada el brasileño con algunas actitudes y es incomprensible a veces en su comportamiento dentro y fuera del césped, pero su nivel futbolístico en este Zaragoza es más que aprovechable. Y, de momento, el punta al que Víctor le sacó un rendimiento más que aceptable como acompañante de Borja se ha convertido en un permanente centro de la diana con Popovic.