Fue un maravilloso viaje al pasado, una travesía de recuerdos imborrables. Empezando por el mítico 6 , por el jugador que más veces ha vestido la camiseta de un equipo que se hizo grande con él como guardián. Xavi dio ayer el último adiós sobre el césped ante los más de 10.000 aficionados que acudieron a La Romareda para darle las gracias, para que se sintiera arropado en su despedida. Y se sintió. Pero él no quiso ser el único protagonista, hizo extensivo el homenaje a un Zaragoza de leyenda que subió el escalón más alto y que volvió a reunirse nueve años y 20 días después de aquel 10 de mayo de 1995 y a Juan Señor, otra referencia del zaragocismo que, aunque con retraso, con demasiado retraso, tuvo por fin el reconocimiento que merecían las nueve temporadas de fútbol exquisito que brindó. Con esos ingredientes, la noche sólo podía ser inolvidable. Y lo fue.

"Cuando fuimos los mejores", rezaba uno de los tifos de la grada de La Romareda, acompañado por la alineación histórica de la Recopa y la imagen de Xavi Aguado. El, siempre previsor, ya sabía de antemano que la emoción le embargaría y dejó su mensaje grabado. En sus palabras, además de manifestar la "deuda eterna por el tremendo apoyo incondicional", dejaba claro la gratitud a la afición y al club por los 13 años como zaragocista. "Gracias por hacer de esta larga travesía un eterno sueño del que no me quiero despertar", terminó diciendo.

Nadie quería despertarse de ese bonito sueño. Aguado, otra vez con el 6 a la espalda, saltó al césped con sus hijos Marc y Ariadna y su sobrina Elisenda para recoger una sentida ovación mientras se acercaba al centro del campo, donde estaban sus trofeos como zaragocista, las dos Copas del Rey y la Recopa. Imposible no emocionarse. Imposible olvidar una historia que ya es leyenda.

El capitán se alineó en un primer partido con el Zaragoza actual frente a un equipo denominado Amigos de Xavi en el que estaban Sánchez Broto, Gerard, Luis Helguera, Lanna, Peternac, Garitano, Seba, Chainho, Jordi Cruyff, Komljenovic, Robert, Fraile, Salillas, Moisés, Javi Suárez y Barbará. Poco importa el resultado, pero venció el equipo zaragocista (2-0) con goles de Corona y Yordi, aunque los mejores momentos de ese primer partido los dio Juan Señor, que volvió a ponerse el brazalete de capitán. "El 8 vuelve a La Romareda", anunció el speaker , Arturo Sisó. Lo hizo con toda su calidad, dando un magisterio de fútbol en 18 minutos antes de que le devolviera a Aguado ese brazalete que ambos llevaron con majestuosidad.

EL PLATO FUERTE El plato fuerte estaba por llegar. Los héroes de la Recopa saltaron al césped y el viaje al pasado alcanzó la plena felicidad. No jugó Esnáider, lesionado, pero sí lo hicieron, dirigidos por Víctor Fernández, los Cedrún, Belsué, Cáceres, Aguado, Solana, Nayim, Aragón, Poyet, Geli, Pardeza e Higuera --once inicial-- además de Juanmi, Loreto, Darío Franco, Oscar, García Sanjuán y Lizarralde, que fue el encargado de salir por Aguado, despedido con una ovación de gala a la media hora de ese segundo choque.

Ni siquiera la falta de seriedad de Dream Team empañó la cita. Sólo Goicoechea, Serna y Busquets estuvieron de aquel mítico equipo en una falta de seriedad difícil de explicar. Stoichkov, Amor, Eusebio, Ferrer, Begiristain o Nadal no acudieron y hubo que improvisar para completar el once. Ferrón, Dani, Barbará, Alfaro, Gerard o el propio Víctor Muñoz se tuvieron que alinear en las filas del Bar§a en un duelo que acabó sin goles, pero con el mejor sabor del buen fútbol de aquel Zaragoza que hizo historia. Tenían mucho en sus botas y lo mantienen.

Tuvo, y mucho, Aguado. Ayer dijo adiós, dio las gracias y recibió el cariño de una grada que lo llevará en su corazón. El fue, es y será el Eterno Capitán . Nunca lo olvidaremos.