Luego, la gente se pregunta por qué Marc Márquez es tan bueno. Por qué ha ganado cuatro de los últimos cinco títulos mundiales de MotoGP. Por qué Valentino Rossi, con nueve años más que él, teme que le arrebate sus récords de victorias (115 contra 63), podios (228 contra 105) y títulos (9 contra 6). Hay quien dice que a Márquez se le ha metido en la cabeza ganar los próximos tres títulos y llegar al 2020, año de la jubilación del Doctor, con los mismos cetros que el de Tavullia para sugerirle que se siente en el sofá y le vea ganar el décimo, el que Vale lleva persiguiendo desde hace nueve años.

Márquez será la única Honda que habrá hoy en las tres primeras filas del Gran Premio de Francia, que se disputa (14.00 horas, Movistar MotoGP TV) en el popular y mítico trazado de Le Mans. Solo el nen de Cervera fue capaz ayer de aguantar el ritmo endiablado, tremendo, casi suicida que el francés Johann Zarco (Yamaha) imprimió, ante su pueblo, en los entrenamientos que decidían la parrilla de salida

La Honda de Márquez, líder del Mundial de MotoGP con 12 puntos más que Zarco, 20 más que Viñales, 23 más que Andrea Iannone y 24 más que el subcampeón Andrea Dovizioso, se medirá, en esa salida fulgurante, a tres Yamaha, cuatro Ducati y la Suzuki de The Maniac. «No sé qué carrera nos encontraremos. Hará más calor, habrá que escoger bien el neumático trasero, pues casi todos pueden usar el blando pero me temo que nosotros tendremos que montar el duro. Zarco saldrá como una bala, pues el público le dará alas. Johann es uno de los rivales para el título, así que habrá que vigilarlo con cuidado. Dovi tiene ritmo, aunque sale desde la segunda fila».

Zarco, por su parte, se mostró loco de alegría y lo expresó con serenidad. Bueno, en realidad, ya vivió una jornada así el pasado año cuando se convirtió en el gran protagonista del fin de semana al lograr su primer podio, tras liderar buena parte del gran premio. «Sí, sí, el año pasado aquí, en Le Mans, ya estuve rodeado de miles de personas que me pedían fotos y autógrafos, así que este año ya no me pilla por sorpresa». Eso sí, Zarco dijo que prefería este lío «porque, de lo que se trata, es de convertir todo ese ánimo y presión, sí, sí, presión, en empuje en la pista, en supermotivación. Si quiero ganar este gran premio voy a necesitar de la ayuda de todos los franceses».