El segundo empate consecutivo en casa en Liga, unido a ver al Barcelona a cuatro puntos, ha desatado la primera tormenta en el Madrid. Urge un cambio radical, un giro que aleje al equipo de la atonía que ha mostrado en casa en el inicio de temporada, especialmente en el último encuentro, lo que ha provocado que Zidane se haya puesto serio con sus jugadores. De momento, el técnico aparca las rotaciones para poner a su mejor once en el estreno de la Champions ante el APOEL, un choque el de hoy (20. 45 horas, beIN Sports), en el que Cristiano regresa para rescatar a su equipo.

Nada más levantar el telón de la temporada, el Madrid se ha dado de bruces con la realidad. Sin Cristiano, Morata y Mariano, el equipo pierde más de la mitad de su capacidad goleadora. «Se puede pensar que nos falta un 9, pero no se ha podido conseguir y nos vamos a apañar con la gente que tenemos», dijo Zidane.

En medio de esa sequía llega Cristiano, al que todos esperan como el salvador. También Zidane, que esbozó una sonrisa cuando le preguntaron por la vuelta del portugués: «No solo es un alivio. Estamos felices por su regreso, pero no creo que dependamos de él»

Tras el choque ante el Levante, Zidane desempolvó el mensaje de la temporada pasada cuando su equipo empató cuatro partidos de forma consecutiva, tres de ellos en Liga. «Nos sucedió igual el año pasado. No podemos estar contentos con los últimos resultados, aunque para mejorar tienes que fallar», apuntó Zidane.

Nada indica que lo haga ante el APOEL, que ya se midió al Madrid en cuartos de final de la temporada 2011-2012 (0-3 en la ida y 5-2 en el Bernabéu). Mejor le fue ante el Athletic, al que eliminó en la pasada edición de la Europa League en los enfrentamientos directos.

Zidane aseguró que ante la lesión de Benzema no será Bale el nueve para medirse al APOEL, y dijo que mostrará «una opción nueva» el día que regresa Cristiano. «Mañana se verá cómo vamos a jugar porque es una opción nueva. Sabemos cómo vamos a jugar», dijo tras aceptar la crítica que recibió por lo ocurrido ante el Levante, cuando tras la lesión de Benzema no tenía ningún delantero en el banquillo al estar Borja Mayoral en la grada y Cristiano sancionado.