La ingente cantidad de visitantes que atrajo la Expo del 2008 en Zaragoza requirió un despliegue de seguridad en consecuencia, que además de un centro conjunto en el recinto, con Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local, requirió una instalación propia para albergar los refuerzos de GEOS, guías caninos o agentes de Seguridad Ciudadana que se desplazaron por unos meses a la capital aragonesa. Con ese propósito se construyó lo que hoy es la Comisaría de Distrito del Actur, que se ha convertido en una de las principales de la capital aragonesa.

Tras su papel como centro operativo en la muestra, apenas cinco días después de que esta terminase la comisaría entró en funcionamiento como lo que es hoy, y de hecho en torno a ella se configuró el actual reparto de distritos entre los cinco centros policiales. Por población, es similar al de otras -como Centro, San José, Arrabal o Delicias-, con unos 130.000 habitantes en su zona. Pero en su demarcación, que abarca el Actur, La Almozara, el barrio Oliver, Valdefierro, Miralbueno o barrios más rurales como Juslibol, San Gregorio o La Venta del Olivar, hay una tremenda variedad.

DIFERENCIACIÓN / Así, sus agentes de Policía Judicial o Seguridad Ciudadana han de tener cierta versatilidad ante la distinta delincuencia que se da en barrios de diferente composición social, tipo de viviendas o polígonos industriales, desde zonas de chalets de lujo hasta casas de campo.

Según explica el actual jefe de la comisaría, el inspector jefe José Manuel de Blas, y la inspectora jefe De Arce, el gran hito en los diez años de historia de la comisaría fue la implantación de la Inspección Central de Guardia (ICG). Lo que hasta entonces era una oficina de denuncias convencional, con un horario, se convirtió en el centro de referencia que alberga a todos los detenidos de la ciudad, salvo que no quepan, con unos calabozos, «en mucho mejores condiciones» que las que se daban en la Jefatura Superior de Policía de Aragón. Por allí pasan los arrestados tanto de la propia Policía Nacional como de la Local.

La ICG pasó hace un par de años a denominarse ODAC (Oficina de Denuncias y Atención al Ciudadano), pero el papel sigue siendo similar. Por un lado, la recepción de denuncias y por otro «la tramitación de diligencias de detenidos, los 365 días y las 24 horas del día», explican los mandos policiales. El centro tiene además la ventaja de estar muy próximo a la Ciudad de la Justicia, lo que facilita sobremanera el traslado de los detenidos ante el juez.

CIENTÍFICA / La centralización de los arrestados llevó aparejada la instalación de un pequeño laboratorio de la Policía Científica, para la reseña e identificación de los detenidos. Aunque la sede central de la unidad sigue estando en la Jefatura, los agentes de esta subsede del Actur se encargan de averiguar la identidad de los arrestados por si, en su caso, les constaran antecedentes o requisitorias de cuerpos policiales o juzgados.

Otro hito que señala De Blas es la instalación, en enero del 2010, de la oficina de expedición de DNI y Pasaporte. Según la inspectora al cargo de la instalación, se llegan a expedir «unos cien documentos al día», pero el inspector jefe destaca el buen trabajo realizado y la incorporación del sistema de cita previa, que supone que los tiempos de espera habituales sean «de dos o tres días, sin superar nunca los 15 incluso en épocas de mayor demanda» como la actual, en vísperas de vacaciones.

El centro es uno de los más espaciosos con los que cuenta la Policía Nacional en Zaragoza, y eso permitirá que, en breve, albergue también a la UFAM, la unidad especializada en delitos relacionados con las mujeres y los menores, desde los sexuales a los malos tratos. La unidad tiene su sede actual en la antigua comisaría de Delicias del entorno de la plaza Huesca, que hace tiempo que se quedó obsoleta, y se están ultimando las obras en el edificio del Actur que permitirán el traslado.

Por lo demás, la comisaría de la margen izquierda (que también cuenta con la del Arrabal, con otra demarcación) dispone de las mismas unidades que todas las de distrito, la Policía Judicial y la de Seguridad Ciudadana, que en este caso se llama GOR (Grupo Operativo de Respuesta).

La primera se encarga de la investigación de los pequeños delitos, en la medida en que no sean competencia de las brigadas y grupos especializados. Por ejemplo, pueden investigar los pequeños trapicheos de droga o los hurtos y robos, que de hecho son la principal ocupación de los agentes, que tienen en su demarcación grandes superficies comerciales o viviendas con trasteros, objetivo habitual de los ladrones en los últimos años.

Pero que los asuntos sean de aparente poca entidad no significa que no sean importantes. Toni Rodríguez, uno de los agentes más veteranos de la comisaría (ya desde la Expo, cuando desempeñó labores de escolta, entre otros para Alberto de Mónaco) recuerda una operación en La Almozara, hace unos años, que permitió desarticular una banda de jóvenes que se dedicaba a la quema sistemática de contenedores, generando grandes daños. Fue la única ocasión, recuerda, en la que se detectó un grupo organizado para esta delincuencia, que se enviaban instrucciones a través del teléfono móvil y vídeos de sus hazañas, que les acabaron delatando.