Si hay alguien que conoce los entresijos patrimoniales y artísticos del Paraninfo esa es Concha Lomba. Catedrática de Historia del arte y vicerrectora de Proyección Cultural y Social de la Universidad de Zaragoza en la época de la reforma, Lomba domina cada una de las riquezas que aguarda el edificio en su interior. «La gente no es consciente de todo lo que tenemos», asegura.

Una colección «impresionante» de tapices flamencos de entre los siglos XVI y XVIII; hasta 4.000 piezas científicas y técnicas catalogadas; un álbum de dibujo de Ramón y Cajal con el que explicaba a sus alumnos temas relacionados con las neuronas; o las tres primeras ediciones de los grabados de Goya. «Pensábamos que teníamos la primera edición de Los Caprichos, pero al analizarlo bien a fondo vimos que Los Disparates y Los Desastres también son primeras ediciones», confiesa.

De la época contemporánea, el Paraninfo alberga una colección de fotografías del siglo XIX, con un gran bloque de ellas dedicado a Agustín Centelles, donadas por su hijo. «Es una colección más grande que las expuestas en el Museo Reina Sofía de Madrid o en el de Cataluña», precisa Lomba.

Otra de las salas «más espectaculares» y que «cautivó» a los actuales Reyes de España es la biblioteca. Esta es una exquisitez a la vista, totalmente forrada de madera y repleta de libros en sus vitrinas. «El Paraninfo era el edificio más moderno que había en Zaragoza y que incorporó electricidad. Allí se podía estudiar y en el 2004, cuando vinieron los actuales Reyes, que se acababan de casar, quedaron impresionados. Los estudiantes que estaban salieron en masa a verles», indica la catedrática. En el interior de la biblioteca se pueden apreciar las columnas de hierro fundido originales, elaboradas por la empresa Averly.

Como un palacio del XVI

Lomba explica que el Paraninfo, de algún modo, imita a los palacios del siglo XVI en su construcción, aunque reconoce que para el ciudadano y el turista «la entrada» es lo más característico. «Y ahí hay mucha historia. Se pude hacer un recorrido iconográfico con sus imágenes del friso, que son todo símbolos alusivos a las Ciencias y al Medicina. Obviamente, las cuatro grandes esculturas de la entrada y la interior de Ramón y Cajal son seña de identidad», dice. También en el Aula Magna hay otro pequeño detalle en el púlpito académico, que presenta una abeja en su cara frontal como símbolo de disciplina, orden y laboriosidad.

«El Paraninfo ha cumplido al 100% su objetivo. Es un espacio histórico con proyección internacional, cultural y pertenece al ciudadano», concluye.