Los móviles 5G están llamados a revolucionar las capacidades de los teléfonos actuales. El sistema 5G será unas 150 veces más rápido que las conexiones 4G. La tecnología 4G LTE-A actual puede alcanzar hasta 300 Mbps, y el 5G unos teóricos 50 gigas que permitirán descargar archivos multimedia de unos 800 MB en apenas un segundo, mientras que con el 4G será de una media de 30 segundos. Pero las expectativas tecnológicas pueden acarrear cambios en el mercado de telefonía móvil y dejar atrás a los operadores tradicionales sin capacidad tecnológica suficiente para seguir el ritmo impuesto, en especial en aquellos países que no ha habido un despliegue de fibra óptica. Se calcula que serán necesarios del orden de 3.500 millones en inversiones privadas para desarrollar el 5G en Europa, según el plan nacional divulgado por el Gobierno, más otros 700 millones previstos en ayudas públicas directas de la UE. Huawei, por ejemplo, ha invertido ya 512 millones en 5G.

La primera convocatoria de concursos para hacer proyectos piloto en Europa se hará en el primer trimestre del 2018 y el lanzamiento comercial del 5G debería ser realidad en el 2020. Una de las consecuencias de la implantación del 5G será directamente económica. Los países necesitarán disponer de una buena red de fibra óptica para abastecer la nueva red, y para lograr grandes velocidades se tendrán que usar bandas de espectro alto, que tienen poco alcance, por lo que se requerirá de una gran cantidad de antenas y celdas (unidad de alcance de la red) para dar cobertura. En España, el Gobierno empezará en enero a licitar las bandas de 3,6 y 1,5 GHz.

En opinión de la consultora Oliver Wyman, las propias características del 5G disparan «la dificultad operativa y los requisitos de inversión» y ello plantea «un enorme reto para los actuales operadores móviles y serios interrogantes sobre la viabilidad de abordar múltiples despliegues bajo el modelo actual del sector». ¿Que viabilidad económica tendrán los operadores con menos recursos ante un mercado que requiere inversiones?

En los últimos 10 años, el tráfico de datos en redes fijas y móviles en Europa se ha multiplicado por 22, mientras los ingresos han caído el 19% por la competencia y la regulación, pese a los constantes esfuerzos de los operadores para equilibrar el negocio. La consultora Oliver Wyman ha analizado en un informe esta explosión de la demanda, hasta qué punto los avances en la tecnología de redes fijas y móviles permitirán a los operadores satisfacerla en el futuro.

Concentración

Rafael Asensio, socio director de telecomunicaciones y tecnología de Oliver Wyman, opina que, «en los próximos años, la demanda de datos móviles seguirá explotando, y eventualmente el 5G será necesario para atenderla; esto cambiará el modelo económico del sector y el balance de poder entre operadores, y creará, tras muchos años, oportunidades de vuelta al crecimiento de ingresos en el servicio de telecomunicaciones más básico, el tráfico de datos».

La conclusión del estudio es que, con la reducción del alcance de las antenas, será fundamental para las operadoras disponer de una red de fibra muy potente pero al mismo tiempo no resultará rentable el despliegue de esa red fija. «La única manera que tendrían los operadores y los reguladores de optimizar el bien público sería a través de precios algo más altos, más acordes a la estructura de costes de las nuevas redes y a la explosión del uso de las mismas». España juega con ventaja: tiene una de las redes de fibra más extensas de Europa.