En plena senda de la recuperación, uno de los iconos de la industria Zaragoza se tambalea. La multinacional suiza ABB (Asea Brown Boveri) prepara un severo ajuste laboral en la histórica planta situada en la carretera de Madrid, especializada en la fabricación de transformadores y que emplea a 222 trabajadores, debido a la deslocalización de una parte de la producción a Polonia. Así lo aseguró ayer el comité, que piensa dar la batalla contra una medida que considera "desproporcionada" que teme que sea la avanzadilla de una mayor desinversión, como ha ocurrido en otros centros del grupo en España.

Los detalles del recorte de personal todavía no se conocen. El primer aviso llegó el pasado 27 de mayo, cuando la dirección de la planta comunicó a la parte social su intención de llevar a cabo un ERE de extinción. Pocas semanas después, los representantes de la plantilla conocían a través del comité europeo de ABB que el ajuste laboral previsto en Zaragoza iba a afectar a 25 trabajadores. Sin embargo, en un encuentro celebrado ayer, la empresa ha extendido la preocupación que ya existía. "Nos dicen que van a ser muchos más despidos que los que pensábamos", explicó el presidente del comité, Óscar Arellano (UGT).

En su opinión, se trata de "una deslocalización de libro". En concreto, la empresa quiere desviar a su factoría polaca parte de la producción del bobinado del transformador que se hace en Zaragoza y las fábricas hermanas de Alemania y Suiza.

En la reunión con el comité, la empresa no aportó apenas detalles sobre el ERE, que se aplicará a partir de septiembre. La patronal enmarcó el ajuste en la necesidad de ahorrar costes en un entorno global de competencia.

ABB, de momento, guarda silencio. Ni siquiera el Gobierno de Aragón tenía ayer constancia del plan de desinversión de la multinacional. Este diario se puso ayer en contacto con la compañía, que eludió hacer cualquier valoración al respecto.

El recorte ha pillado por sorpresa a los sindicatos de la planta, que siempre ha sido considerada modélica. Fundada en 1954 por la familia Diestre y adquirida en 1982 por ABB, la fábrica ejerce desde el año 2000 como centro especializado del grupo para los mercados de Europa, África, Oriente Medio y América Central y del Sur. Su facturación del pasado año fue de 62 millones de euros, con una cifra de exportación superior al 70%.

PRECEDENTES

El ajuste laboral anunciado y la falta de detalles sobre el mismo han hecho saltar todas las alarmas entre los sindicatos y la plantilla, que temen que este sea un primer paso para un futuro cese de la producción, tal y como ha ocurrido con otros centros de la compañía en España. Así ocurrió, recuerdan desde el comité, en la planta de ABB de Sant Quirze del Vallés (Barcelona), que tras un primer ERE de extinción, dejó de producir motores en el 2013 por el traslado de la actividad a Suecia.

El comité ha convocado ya las primeras movilizaciones, que serán en forma de paros de dos horas por turnos los próximos días 26, 29 y 30 de junio.