La dirección de Eurotunnel, el consorcio que gestiona el túnel ferroviario que enlaza Francia y el Reino Unido bajo el Canal de la Mancha, fue destituida el miércoles en una junta extraordinaria convocada por un grupo de accionistas. En una operación sin precedentes, el colectivo reunió los poderes de más del 20% del capital contra el 8,30% que representa la dirección. Jacques Maillot, antiguo patrón de Nouvelle Fronti¨res, que ocupará la presidencia, encabezó la rebelión.

Según los expertos, entre los contestatarios hay personas con intenciones políticas y también particulares desesperados por la pérdida de sus ahorros. Eurotunnel, que cotizaba a 5,33 euros cuando salió a bolsa en 1987, se disparó hasta los 19,36 euros antes de caer a 0,50, el nivel actual. La compañía franco-británica perdió 1.890 millones de euros (314.470 millones de pesetas) en el 2003 con un volumen de negocio de sólo 813 millones. La deuda ronda los 9.000 millones (1,5 billones de pesetas).

El francés Philippe Bourguignon, que la dirección británica proponía como alternativa, tiró la toalla incluso antes de comenzar la junta. La operación, calificada de "atraco legal" por Bourguignon, ha sido orquestada por el presidente de la asociación de defensa de los accionistas de Eurotunnel, Nicolas Miguet, propietario del 17,72% de las acciones. Editor de publicaciones bursátiles y reputado ultraderechista, Miguet dijo que no aspiraba a ningun puesto en el consejo.

RECURSO La asociación de Miguet fue la que recurrió a los tribunales para lograr la convocatoria de la junta extraordinaria que tenía como orden del día revocar "al conjunto de miembros del consejo de administración y el nombramiento de un nuevo consejo". Este ejercicio de "democracia empresarial" reunió a más de 5.000 accionistas disconformes con la dirección de la compañía en el parque de exposiciones de Villepinte, al norte de París.

Entre los reproches que se le hicieron a la dirección saliente, además de los malos resultados, figuró también el hecho de que las pérdidas no impidieron aumentos salariales y la atribución de stock options a los directivos.

Eurotunnel tiene más de un millón de accionistas. De ellos, 900.000 son franceses y el 65% son particulares. Los críticos consideran que, a pesar de que Eurotunnel es una empresa privada, el túnel en sí "es una obra pública". Por ello esperan subvenciones por parte del Estado. El director general de Eurotunnel, el británico Richard Shirrefs, considera esta estrategia "irrealista". En similares términos se expresó Dominique Bussereau, desde el Gobierno francés, al descartar "cualquier ayuda pública" al consorcio.