Nuevo capítulo en el convulso panorama aéreo europeo. Tras los problemas registrados en los últimos meses por Air Berlin, Alitalia y Ryanair, ayer, la aerolínea británica Monarch, que el año pasado transportó a más de tres millones de pasajeros en España, dejó de operar y canceló todos sus vuelos, dejando varados en el extranjero a unos 110.000 pasajeros. Es la mayor quiebra de la historia de una aerolínea en el Reino Unido.

La aerolínea, que llevaba más de un año buscando una solución a sus problemas económicos, anunció finalmente su desaparición a primera hora de ayer después de fracasar las conversaciones para ampliar su licencia de operaciones (quería ofrecer paquetes vacacionales). El cese de operaciones, inesperado, provocó que el Gobierno británico haya tenido que fletar 30 aviones para rescatar a los «alrededor de 110.000 pasajeros» que se encuentran en el extranjero y cuyos vuelos de vuelta nunca serán operados. Además de esos 110.000 pasajeros atrapados, hay otros 750.000 clientes que tenían billetes reservados para volar en los próximos meses con la firma.

«Las presiones en los costes acumulados y un entorno muy competitivo en el mercado de las aerolíneas europeas de corto recorrido han contribuido a que Monarch Airlines haya experimentado un periodo sostenido de pérdidas», afirmó uno de los administradores de Monarch, Bliar Nimmo, en declaraciones a la BBC. La aerolínea transportó el año pasado a 6,3 millones de pasajeros a 40 destinos desde los aeropuertos de Gatwick y Luton, en Londres, y desde Birmingham, Leeds y Manchester, siendo la quinta aerolínea británica más importante. De estos, 3,36 millones de pasajeros volaron a y desde España.

La compañía operaba vuelos desde el Reino Unido a Alicante (657.000 pasajeros el año pasado), Málaga (653.000), Tenerife (575.000), Palma de Mallorca (440.000), Lanzarote (286.000), Barcelona (260.000), Menorca (151.000), Gran Canaria (105.000), Ibiza (81.000), Fuerteventura (74.000) y Almería (69.000) y Madrid (14.000).

La firma, muy dependiente de los vuelos a la Península, comenzó a acusar en sus cuentas los problemas de seguridad en países como Túnez, Turquía y Egipto. Entonces tuvo que redirigir sus vuelos hacia España y Portugal, donde hay una mayor competencia, sobre todo en precios. El brexit, y la consecuente devaluación de la libra, fueron la puntilla. «Monarch ha sido una víctima de la guerra de precios en el Mediterráneo», dijo el ministro de transportes británico, Chris Grayling.

En su web, el grupo llamó a aquellos que tengan algún viaje planificado con alguna de sus compañías en bancarrota a que no acudan al aeropuerto. Aquellos que tengan itinerarios reservados a partir del 15 de diciembre no tendrán derecho a reclamaciones. Las compañías afectadas son Monarch Airlines, Monarch Holidays Ltd., Firs Aviation Ltd, Avro Ltd. y Somewhere2stay Ltd. La empresa contaba con alrededor de 2.000 empleados, y Grayling señaló que negociarán con otras aerolíneas para que encuentren trabajo. «El problema de Monarch es que no era ni una cosa ni la otra. No era realmente una aerolínea de paquetes turísticos, ni tampoco una low cost», afirmó.

PERJUDICADOS Y BENEFICIADOS / El colapso de la compañía supone un problema para las grandes compañías proveedoras de aeronaves, tanto para aquellas arrendadoras que ya financiaron el pedido de 36 aviones Airbus, como para Boeing, que vendió 32 modelos de su 737 MAX, con un valor aproximado de 3.500 millones de dólares (casi 3.000 millones de euros). Monarch había asegurado en el pasado que una de las soluciones a su crisis podía ser vender parte de su red de vuelos (slots en los aeropuertos) de corto alcance. Easyjet puede ser una de las compañías postoras.