Tras dos años de destrucción masiva de empleo por las facilidades que las dos reformas laborales han dado para el despido colectivo, parece que el 2014 está marcando un punto de inflexión. El número de trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo (ERE), la cifra de despidos, las suspensiones de contrato y las reducciones de jornada han bajado de forma notable respecto a los ejercicios precedentes, aunque todavía están a años luz de los datos del 2008.

Así, durante los ochos primeros meses del 2014 se han presentado en la comunidad 448 expedientes que han afectado a 4.856 trabajadores. En el mismo periodo del 2013 se tramitaron 913 procedimientos, con 17.112 damnificados.

Lo que menos ha bajado es el número de afectados por ERE de extinción. Hasta agosto, un total de 882 personas han perdido su puesto de trabajo como consecuencia de un despido colectivo, frente a los 913 del 2013. De hecho, los datos del Ministerio de Empleo del primer semestre del año dejaron en un mal lugar a Aragón, ya que fue la segunda comunidad donde menos cayó el número de afectados por ERE de extinción respecto al 2013.

Por su parte, los afectados por expedientes de reducción de jornada descendieron un 55% y los de suspensión un 76%.

El director general de Trabajo de la DGA, Jesús Divasson, que adelantó estos datos durante su comparecencia en la Comisión de Economía de las Cortes, reconoció ayer que el descenso en el número de afectados se debe, en buena parte, a la mejora de Opel, que ha dejado de aplicar ERE, y de sus auxiliares.

Por otra parte, Divasson reconoció que "no se puede decir que la última reforma laboral haya sido un instrumento para mejorar la competitividad de las empresas, pero tampoco que haya traído precariedad ni paro".