La investigación conjunta del CSIC, las universidades de Zaragoza y La Laguna (Canarias), con la colaboración del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), ha desembocado en el registro de la patente internacional de la variedad candial de ajenjo como bioplaguicida frente a insectos plaga, hongos fitopatógenos y nematodos fitoparásitos.

La empresa colombiana Ecoflora ha obtenido la licitación de la obtención vegetal y de la patente de producción de bioplaguicidas para su comercialización internacional. El proceso incluye la producción controlada en campo de la variedad candial de ajenjo, la obtención de distintos extractos y su caracterización química y biológica. Los aceites y extractos obtenidos se pueden utilizar para la formulación de bioplaguicidas, solos o combinándolos con otros componentes naturales para el control de plagas en agricultura.

Estos datos han sido avalados por el estudio experimental llevado a cabo en Luesia (Cinco Villas). El año pasado se plantó la variedad candial en dos hectáreas de secano, con una pluviometría anual de 700 milímetros y una altitud de 800 metros, zona óptima por las características agroclimáticas y la abundante flora autóctona de la planta. Los resultados demuestran que es una alternativa a los cultivos tradicionales y una fuente de negocio por su rentabilidad, y la posibilidad de transformar la materia prima en la propia zona para la obtención de bioplaguicidas.