Cuando el petróleo se encuentra en el precio más bajo desde febrero, el sector aéreo sufre las sacudidas por los precios estratosféricos de los últimos meses. Poco después de que los sindicatos y los futuros propietarios de Alitalia llegaran a un acuerdo marco que prevé 3.000 despidos, según el ministro de Trabajo, Maurizio Sacconi, la alemana Lufthansa anunció ayer la compra del 45% de Brussels Airlines por 65 millones de euros, con una opción para adquirir el resto en el 2011.

El consejero delegado de Lufthansa, Wolfgang Mayrhuber, advirtió de que solo las compañías económicamente fuertes pueden asegurar un transporte aéreo de calidad, al tiempo que ofrecen un futuro seguro a sus empleados.

Ese no es precisamente el caso de Alitalia, que ayer reanudó las negociaciones sobre los detalles del pacto para evitar el cierre. Los sindicatos han conseguido imponer un plan industrial para la nueva Alitalia, que incomprensiblemente el Gobierno conservador no había presentado hasta la fecha, y han contenido, respecto a las previsiones, las consecuencias laborales para los 21.000 empleados de la compañía de bandera, declarada ya insolvente la pasada semana.

El pacto, de 12 puntos, prevé que la Compañía Aérea Italiana (CAI), nombre provisional de la nueva sociedad, asuma casi 12.500 empleados, lo que supone una sensible mejora respecto a la oferta inicial. Entre ellos, 1.500 pilotos en lugar de los 1.000 propuestos, 3.300 asistentes de vuelo y 7.650 empleados de tierra.

Los sueldos no serán rebajados el 30% o 25% como se había propuesto, sino solo entre el 6% y el 7%, y el personal excedente, que gozará de siete años de situación de paro especial, cobrará el 80% del sueldo del promedio de los últimos 12 meses, aunque sobre este aspecto se sigue negociando. "Se trata de un resultado impensable" indicó Luigi Angeletti, líder del sindicato UIL.

Dos ministros del gobierno, los nueve sindicatos del sector y la futura posible nueva Alitalia (CAI), integrada por 18 empresarios nacionales, empezaron a reunirse ayer por la tarde en Roma, tras el acuerdo marco alcanzado la madrugada del pasado domingo. Mientras, los aviones de Alitalia despegaron y aterrizaron ayer con toda normalidad, aunque la petrolera ENI les exige el pago del carburante en metálico.

En las nuevas reuniones no participan los sindicatos de los pilotos, de los asistentes de vuelo y del personal de tierra, que el domingo calificaron como "papel mojado" el acuerdo suscrito por las centrales nacionales y ayer organizaron protestas.

En España, la subida del carburante fue la causa argumentada por Air Nostrum para suprimir el vuelo entre Melilla y Barcelona. Vueling anunció la supresión de varios vuelos desde Sevilla y Granada por falta de rentabilidad. A esto se añaden las secuelas de las quiebras de la española Futura y el turoperador británico XL. Clickair ha puesto a la venta billetes a 50 euros para recolocar a los miles de afectados.