Amazon sigue saciando sus apetitos. El gigante de internet ha anunciado este viernes la compra de Whole Foods, una cadena estadounidense con cerca de 450 supermercados especializados en producto orgánico, local y de calidad (también caro) y con 87.000 empleados. Con la operación, valorada en 13.400 millones de dólares y que si es aprobada por los reguladores se sellará en la segunda mitad del año, la empresa de Jeff Bezos entra con fuerza en el terreno de tiendas físicas. Da también un bocado en el jugoso mercado de los supermercados, que en Estados Unidos mueve entre 700.000 y 800.000 millones anuales en ventas.

La adquisición es la mayor, y con mucho, que ha realizado en su historia Amazon, que ofrece 42 dólares por acción de Whole Foods, un 27% por encima del precio con que esos títulos cerraron el jueves. Y con el anuncio ha subido casi un 3% la cotización del gigante en bolsa. A la par, han caído marcadamente los títulos de otras compañías dedicadas a la alimentación como Costco, Safeway y Walmart, con los inversores demostrando el claro temor de que Amazon vaya a provocar en el sector alimentario lo mismo que en el de los libros.

Amazon ya había asomado la patita en el mundo de las tiendas físicas, abriendo alguna librería (donde se venden más que libros) y experimentando con locales como dos abiertos en Seattle donde la gente puede ir a recoger en persona productos ordenados en AmazonFresh, su servicio de venta de alimentos online que normalmente entrega a domicilio.

La compra llega además en un momento complicado para el sector de los supermercados en EEUU, que ya estaban sintiendo la presión de los bajos precios de Amazon y de la llegada y expansión de cadenas de descuentos como el grupo alemán Lidl. Y es la última muestra de la lucha encarnizada entre los modelos tradicional y digital (aunque la venta de alimentos online solo represente el 2% del total actualmente).