Aragón y Castilla-La Mancha acordaron ayer fijar una posición común para la futura reforma de la Política Agraria Común (PAC). Además, pidieron al Ministerio de Agricultura que inicie las negociaciones con las autonomías. El consejero de Desarrollo rural y Sostenibilidad del Ejecutivo aragonés, Joaquín Olona, y su homólogo de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez, firmaron ayer en Almagro (Ciudad Real) este acuerdo, que tiene como eje vertebral la apuesta por la agricultura profesional.

Los dos consejeros han anunciado que las propuestas recogidas en este acuerdo las trasladarán hoy a la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina. El Acuerdo de Almagro, como lo denominó Olona, propone por un lado apostar por una «agricultura de agricultores vinculados al modelo familiar» y, por otro, abrir un escenario de acuerdo al que se pueden sumar el resto de comunidades autónomas.

Olona no dudó en calificar de «muy importante este acuerdo», que apuesta por el futuro de los pueblos y el sostenimiento del medio rural. Por su parte, Martínez Arroyo, afirmó que Aragón y Castilla-La Mancha comparten una idea común que es la defensa de los intereses de los agricultores y ganaderos.

El acuerdo defiende que no se incremente la cofinanciación de las ayudas, de manera que ni el Gobierno ni las autonomías tengan que «aportar más recursos» y sea una política claramente europea.

Por otro lado, aboga por que los agricultores de todos los territorios cobren una misma ayuda por hectárea, de tal manera que dejen de tener en cuenta las referencias de los rendimientos históricos para calcular las ayudas que generan distorsión y discriminación en determinadas partes de España. La propuesta también insiste en aplicar límites de ayudas por explotación, de forma que el dinero que se pueda ahorrar en las grandes explotaciones, se puedan destinar a la incorporación de jóvenes agricultores y al relevo generacional.