El Principado de Asturias, Aragón y Castilla y León son las tres comunidades autónomas que en el 2016 presentaron menos dificultades para llegar a fin de mes, con unos porcentajes del 4,8%, del 5,1% y del 5,2% respectivamente, según la última Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE) para el año 2015.

El ingreso medio anual neto en Aragón fue de 11.649 euros por persona, por encima de la media nacional de 10.708 euros. En cuanto a la tasa de riesgo de pobreza, en Aragón se situó en un 15,7 de la población, casi siete puntos por debajo de la media nacional, que se cerró en el 2015 en un 22,3%. El 29,9% de los aragoneses, además, confesó, con datos referidos al 2016, que no podían irse de vacaciones fuera de su casa al menos una semana al año, por debajo, sin embargo, de la media nacional (39,5%).

Por otro lado, un 27,6% de los aragoneses no tenían capacidad ese año para afrontar gastos imprevistos (38,1% de media nacional), un 6,4% se retrasó en los pagos relacionados con su vivienda principal (8,4%), y un 5,1% dijo tener mucha dificultad para llegar a fin de mes (15,3%).

A nivel nacional, uno de cada cinco españoles, el 22,3% de la población, se encuentra en riesgo de pobreza si vive solo y con menos de 8.209 euros al año. Ese porcentaje, que refleja cuántas personas tienen ingresos insuficientes en relación al conjunto de la población, aumentó dos décimas en el 2016.

El «riesgo de pobreza», explica Estadística, mide desigualdad, no pobreza absoluta. Así, mientras los ingresos netos medios por persona y hogar en España aumentaron el 2,8% y el 2,4%, respectivamente en un año, la tasa de pobreza también aumentó, como consecuencia del aumento de las desigualdades.

La pasada primavera, momento en el que el INE elaboró, con datos del 2015, la Encuesta de Condiciones de Vida, había aumentado casi dos puntos el número de hogares que llegaba a fin de mes con «mucha dificultad» hasta afectar al 15,3% de ellos. El resto de variables que componen la encuesta no son mucho más alentadoras pese a haber mejorado ligeramente respecto al año anterior.

Así, el 38,1% de los hogares no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos; el 39,5%, casi cuatro de cada 10, no pueden irse de vacaciones ni una semana al año; y el 8,4% se retrasa en los pagos de su vivienda. En España, el ingreso medio por persona es de 10.708 euros al año y por hogar es de 26.730.

UMBRAL DEL RIESGO / El umbral de riesgo de pobreza para los hogares de una persona se ha establecido en 8.209 euros anuales, y en 17.238 para los compuestos por dos adultos y dos menores de 14 años. La situación es más alarmante en el caso de los mayores de 65 años. Estadística advierte del aumento de siete décimas de la tasa de pobreza de los mayores de 65 años, que ya afecta al 13%, así cómo sobre la de los menores de 16 años, que amenaza al 28,9% y supera en 6,6 puntos a la del conjunto de la población.

La estadística corrobora la sensación de que el legado de la crisis económica ha sido que los más ricos son más ricos y los pobres más pobres. Corrobora asimismo otros análisis previos como el de Oxfam, que recientemente advertía de que el conjunto de los españoles viven peor que hace 12 años. Íñigo Macías, coordinador de investigación de Oxfam Intermón, destacaba entonces que la causa es que los salarios han perdido peso frente a los beneficios empresariales.

Entre los indicadores de pobreza figura la carencia material severa, como no poder comer carne, pollo o pescado cada dos días, no poder tener coche, calefacción o lavadora, o no disponer de 650 euros para gastos imprevistos, entre otros factores.

Si se imputa a cada hogar un cálculo aproximado de un pago mensual de alquiler o hipoteca por cada miembro, la tasa de pobreza se reduce al 19,8% (ya que en España hay muchas viviendas en propiedad), al 6,3% para los mayores de 65 (en su mayoría propietarios de su vivienda) y al 28,4% para los menores de 16 años.

QUINTILES ESTADÍSTICOS / En su estadística, el INE ha dividido a la población española en cinco grupos o quintiles (cada uno contiene al 20% de los ciudadanos) en función de sus ingresos. Y de este reparto se desprende que el 41,5% de la población con educación superior esta en el quinto quintil (el de mayores ingresos), mientras que el 44,7% de los parados pertenecen al primer quintil (el de menores ingresos), por ejemplo.