Aragón perderá este año la mitad de la cosecha de cereal por la sequía y las altas temperaturas, según los cálculos realizados por la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA-COAG).

Solo "unos precios decentes pueden hacer que las pérdidas no sean tan cuantiosas", ha informado hoy la organización agraria, según la cual los precios del trigo duro en cooperativa son 0,25 euros kilo, mientras que los de la cebada llegan a 0,15 euros.

La cosecha ha comenzado con diez días de antelación en las zonas más tempranas, como Monegros, Hoya de Huesca o Bajo Aragón, con resultados "no tan malos" en cebada (2.500 kilos hectárea de media) y avena (3.000 kilos).

En las zonas más tardías ó frescas, como las Comarcas de Daroca o del Jiloca, y en los campos de trigo de todo Aragón la situación es más preocupante si no llueve de inmediato o bajan las temperaturas, con pérdidas de hasta el 80% en trigo y del 40-50% en cebada.

Comarcas con unas buenas expectativas de cosecha, como Caspe, Cinco Villas, Huerva, Calatayud, Bajo Gállego, Somontano, Bajo Cinca, la reducción oscilará entre el 30 y el 50 por ciento.

Los guisantes y las vezas (leguminosas usadas como abono verde y forraje ganadero) también tienen una afección por sequía muy alta, perdiéndose la cosecha en muchas zonas.

El girasol, sembrado recientemente, si no llueve de inmediato no llegará a nacer, perdiéndose la semilla y las labores realizadas, ha destacado la organización agraria.

En la campaña del año pasado, la producción de cereales de invierno en secano fue de 902.000 toneladas, un 30% menos que la media de los últimos 13 años (1.280.799 toneladas) con unas pérdidas del 55% respecto a 2013 (2.000.799), que hubo una cosecha excepcional.

En esta Campaña 2015 es muy probable que no se superen las producciones del año pasado y los productores de cereal sufrirán por dos años consecutivos una mala cosecha, después de haber tenido unas buenas expectativas.

Con las lluvias de marzo, se auguraba una cosecha excepcional, pero con la llegada de la primavera se ha padecido una de las mayores sequías que se recuerda, sin llover en los meses de abril y mayo y con una ola de calor cercana a los 40 grados a primeros de mayo que ha provocado que no cuajara el grano.