El ovino aragonés agoniza por momentos. La subida de los costes de producción, los recortes en las ayudas y la falta de relevo generacional han llevado a la comunidad a perder en los últimos doce años 3.040 explotaciones. En concreto, y según denunció ayer el sindicato agrario UAGA, en el 2000 había en Aragón 7.080 ganaderos, mientras que a finales del 2012 la cifra cayó hasta los 4.034. La crisis que atraviesa el sector también ha desplomado la cabaña: la comunidad ha perdido en este periodo cerca de un millón de ovejas --de 2,5 millones en el 2000 a los 1,54 millones actuales--.

"Lo peor de todo es que las previsiones no son buenas porque el 70% de los ganaderos está a punto de jubilarse y los jóvenes se van del campo para no trabajar de sol a sol", lamentó ayer el responsable de ganadería de UAGA, José Luis Lasheras.

La sequía ha agudizado más la crisis del sector, ya que ante la falta de pasto los ganaderos han tenido que alimentar a las ovejas con unos piensos cuyos precios "se han disparado". Así, por ejemplo, la tonelada de cereal cuesta el doble que en el 2007 y la de alfalfa vale 192 euros, frente a los 90 de hace cinco años. El gasóleo, por su parte, ha subido un 130% en la última década.

Además, el retraso en el pago de las ayudas y los recortes de la administración han puesto la puntilla a un sector que clama por poder financiarse. En este sentido, Lasheras criticó al Ejecutivo autonómico por su "insensibilidad" y por "no hacer nada" por la actividad. "Sus ajustes y su falta de interés nos llevan a un embargo de nuestras explotaciones y casas", lamentó Lasheras, que no dudó en dar "un suspenso claro" a la consejería.

DESOBEDIENCIA CIVIL Por todo ello, el sindicato agrario no descarta realizar nuevas movilizaciones, aunque todavía no ha concretado en qué línea podrán ir. "Quizá apostemos por la desobediencia civil y dejemos de pagar todo lo que debemos para ver si de esta forma la agroindustria se moviliza con nosotros", subrayó Lasheras.