Los megacamiones pueden circular desde esta semana por las carreteras españolas, aunque verlos por ellas no va a ser fácil. Al menos por el momento. Todas las fuentes consultadas reconocen que su implantación será muy progresiva y subrayan que su uso solo será rentable con rutas fijas en las que los vehículos vayan totalmente cargados tanto a la ida como a la vuelta. Con todo, las grandes empresas de transporte de la comunidad aplauden su llegada porque reducirán costes y podrán trasladar esta mejora a sus clientes, además de rebajar las emisiones de CO2 y el tráfico de vehículos pesados.

De hecho, compañías como Sesé o Marcotran han probado ya los megatrucks en varias firmas del entorno de Zaragoza para comprobar que pueden acceder y cargar y descargar en sus instalaciones sin problemas. Marcotran ya tiene seis unidades listas para operar y Sesé cuenta con dos, aunque todas las grandes compañías aragonesas prevén incluir en su flota más megacamiones, que miden 25 metros de longitud, como un edificio de ocho plantas.

EXCESO DE OFERTA Su aterrizaje, sin embargo, no ha sido tan bien recibido por Tradime Aragón, la asociación que agrupa a autónomos y medianos empresarios del sector. La patronal asegura que actualmente ya hay un exceso de oferta en el mercado y lamenta que estos vehículos la incrementarán aún más. "Al final provocará que haya mucho menos trabajo para los pequeños transportistas", señala su presidente, Santiago López Montenegro, que critica además que estos no tendrán capacidad para asumir una inversión tan elevada.

Aparte de Tradime, son muchos los que piensan que las infraestructuras secundarias españolas no están preparadas para los megatrucks. "No todos los polígonos son como Plaza", indica la gerente de Tradime, María José Pardo, que apunta que algunos de sus asociados los han probado y aseguran que su conducción es "muy complicada".

Por su parte, las grandes compañías subrayan que no van a suponer un riesgo para la seguridad vial. "Para eso la DGT se va a encargar de validar cada una de las rutas, que tendrán una vigencia de un año", indica Javier Zueras, ingeniero de operaciones en el grupo Carreras.

Los fabricantes de remolques también pueden verse beneficiados por la llegada de estos vehículos, algo que en Aragón tendría una incidencia mayor (Lecitrailer y Schmitz Cargobull aglutinan el 48% de la cuota de mercado nacional). Sin embargo, ambas empresas no tienen puestas grandes esperanzas en ellos. "Hay muchos condicionantes, así que no va a ser un gran volumen el que se va a transportar con los megacamiones; no creo que llegue ni al 5% del transporte nacional", asegura Javier del Mazo, product manager de la factoría de Zaragoza de Schmitz. Y para reafirmar su opinión aporta un dato: "En cinco años en nuestra planta de Alemania solo hemos fabricado 34 unidades y en Portugal, donde hace un año que se autorizaron, solo se han matriculado ocho".

LAS VENTAJAS Por su parte, Lecitrailer, que lleva años exportando estos megatrucks, considera que "el número total de conjuntos que se pueden fabricar no será significativo respecto al total de vehículos que fabrica cada año".

Los grandes transportistas también reconocen que su implantación será progresiva, si bien destacan sus "ventajas". "Un megacamión puede transportar un 60% más de mercancía, lo que supone una reducción de costes muy importante, además de que se logrará emitir un 30% menos de CO2", resalta el director comercial de Marcotran, Isidro Berdascas.

Según la Asociación de Empresas de Gran Consumo (Aecoc), uno de los grandes defensores junto a otros cargadores, los megatrucks permitirán reducir costes de transporte por valor de 3.800 millones al año gracias a un aumento de la productividad en la logística del 38%.

AUXILIARES DEL AUTOMÓVIL Además del gran consumo, uno de los sectores que podría benefciarse de estos vehículos es el de los fabricantes de componentes para la automoción, tal y como señala Federico Ballester, director de la división de transporte de Sesé. De hecho, varias de las pruebas en la comunidad se han realizado en auxiliares de Opel España.

Otra de las trabas que afrontan estos vehículos es que no pueden cruzar fronteras, ya que la legislación no lo permite. De hecho, en países como Francia, Suiza, Austria y Reino Unido su circulación está prohibida. "A nosotros nos vendría muy bien que se abrieran al tráfico internacional, porque los megacamiones serían muy útiles en rutas de larga distancia", subraya Zueras.

Sea como sea, solo el tiempo dirá si los megatrucks se convertirán en un elemento habitual de las carreteras españolas.