El sector aragonés del automóvil va como un tiro. Las empresas vinculadas a este actividad, que representan la columna vertebral de la economía regional y sostienen 25.000 puestos de trabajo, prevén generar entre 700 y 800 nuevos empleos este año, sobre todo, en la parte final del ejercicio y como consecuencia del tirón de la planta automovilística de Opel. Aún así, el 2017 se perfila como un año de transición de cara a un esplendoroso 2018, en el que Figueruelas aspira a trabajar a plena capacidad, con el ensamblaje simultáneo de cuatro vehículos (Corsa, Mokka, Crossland X y C3 Aircross, este último a partir de agosto). Si se cumplen las expectativas y estos modelos funcionan comercialmente, las inversiones y la demanda de mano de obra se dispararán.

Así lo esperan en el Clúster de Automoción de Aragón (Caar). El gerente de la asociación, David Romeral, y el vocal de la misma y director general de Airtex, Eduardo Sanz, hicieron ayer balance de la situación del sector durante la presentación en rueda de prensa de la primera Noche del Clúster.

Esta industria, que representa el 6% del PIB regional y el 35% de las exportaciones de Aragón, pasa por un buen momento como corroboran los resultados cosechados en el 2016. Las 1.200 empresas de la comunidad que trabajan en esta actividad (incluido el gigante Opel España) facturaron 8.500 millones de euros, es decir, 500 más respecto al ejercicio anterior (un 6% de crecimiento). Realizaron además inversiones por un valor de 300 millones, de los que 120 correspondieron a firmas del clúster, que este año desembolsarán entre 80 y 90 millones a la espera de que rebote la producción en Opel.

A estas cifras hay que sumar el desembarco en Aragón de nuevos proveedores del automóvil, como es el caso de Röchling, que acaba de iniciar su actividad en Teruel, o de Miasa, una firma navarra que se ha implantado en Zuera. Mientras, Magna, uno de los grandes del sector de los componentes a nivel internacional, prosigue sigilosamente con el montaje de una gran planta en el polígono El Pradillo de Pedrola.

La nueva plataforma PSA / La pujanza del sector coincide con un momento trascendental para buena parte de las empresas auxiliares del automóvil por el cambio de propiedad de la factoría de Figueruelas tras la reciente adquisición de Opel por parte del grupo PSA Peugeot-Citroën. «Hay una gran expectación», apuntó Romeral en referencia al proceso de reasignación de pedidos bajo la nueva plataforma productiva de la matriz francesa. Las firmas aragonesas entran aquí en competencia con las de Galicia, donde se encuentra la mayor factoría del grupo en España (Vigo).

A pesar de ello, las empresas locales dicen «no tener miedo» a este escenario ni a las exigencias de competitividad que impone Carlos Tavares, presidente de PSA. «Estamos acostumbrados a competir, es el pan nuestro de cada día», afirmó Eduardo Sanz, quien destacó asimismo el potencial de la planta de Figueruelas por su flexibilidad productiva.