El Banco de España cifró ayer el coste neto del rescate bancario en 60.613 millones de euros en ayudas públicas (39.542 millones) y semiprivadas (21.071 millones) con cifras de cierre del 2015, el 78,7% de los 76.950 millones aportados en total. El organismo, que utiliza datos propios y del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), no admitió explícitamente que dé por perdida esa cantidad, pero es la conclusión lógica de restar a la cifra global de dinero inyectado el importe «recuperado» y el «recuperable estimado».

El supervisor estima que, entre los recursos públicos y los del Fondo de Garantía de Depósitos (aportados por la banca pero gestionados por el Estado), se inyectaron 64.098 millones de capital en 14 entidades con problemas y se asumieron pérdidas de activos problemáticos por valor de 10.390 millones y por otras contingencias por valor de 4.139 millones. A ello se suman los 540 millones ya perdidos por el Estado en el banco malo Sareb.

En total, 76.950 millones, a los que hay que restar los 4.139 millones ya recuperados (sobre todo con la venta de Catalunya Caixa y Nova Galicia Banco y por las devoluciones de Banca Cívica y Cajasur) y los 12.198 millones que se espera recuperar, básicamente con Bankia, y en menor medida con BMN y la Sareb.

Fuentes del organismo subrayaron, precisamente, que la cifra de pérdidas es provisional y que el impacto final dependerá del precio al que se consiga privatizar Bankia (en proceso de absorción de BMN) y de los resultados de la Sareb, que tiene hasta 2028 para vender los activos tóxicos de los bancos rescatados.

REVISIÓN AL ALZA / De hecho, el FROB publicará dentro de un mes aproximadamente sus resultados del 2016 y en ellos previsiblemente revisará al alza la valoración de sus participaciones en esas tres entidades gracias a la mejor evolución de la bolsa y del mercado inmobiliario. En consecuencia, la cantidad que se estima «recuperable» aumentará. Pero sería prácticamente un milagro que lo hiciera en un volumen suficiente para que la factura final del rescate bancario no cueste un euro al contribuyente, como el Gobierno repitió hasta la saciedad en el 2012.

Las fuentes del Banco de España defendieron que «sin ayudas no había forma» de recapitalizar y sanear la banca, debido a que las antiguas cajas no podían captar capital por sus propios medios. El informe sobre la crisis publicado ayer argumenta además que la liquidación de las entidades con problemas hubiera supuesto un coste mucho mayor para los contribuyentes, ya que tendrían que haber salido al rescate de los depósitos de los ahorradores.

Las ayudas han supuesto un aumento de la deuda pública de 50.312 millones de euros con datos de abril. La inyección neta de 60.613 millones equivale a un 5,6% del PIB, un porcentaje solo inferior al de Grecia, Irlanda, Chipre, Portugal y Eslovenia (entre el 25% y el 9%).