La banca ha sido tradicionalmente el sector más noble de tejido empresarial, el mejor remunerado y, por tanto, el más atractivo para los jóvenes ejecutivos. Pero la crisis, por un lado, y la revolución tecnológica, por el otro, le están apeando de ese pedestal. Así lo demuestran las preferencias laborales de los graduados en el máster en administración de empresas (MBA, por sus siglas en inglés) de la escuela de negocios IESE, el 10º mejor del mundo según el Financial Times.

El curso, de casi dos años de duración, fue creado en 1964, con lo que es el más antiguo de Europa en su categoría. De las 239 personas que lo acabaron en el 2017 y aceptaron una oferta de trabajo (el 92% de los graduados recibe una propuesta en los primeros tres meses), solo el 17% ha optado por el sector financiero, la mayoría en la banca de inversión en Londres y la gestión de patrimonios en Suiza (la banca comercial nunca ha sido una gran contratadora de estos graduados). En el 2009, este porcentaje ascendía al 33%, prácticamente el doble.

«En todo el mundo, la banca se encuentra en un periodo de ajuste y de reconsideración de sus procesos de negocio. Otros sectores parecen ocupar un lugar prioritario en las aspiraciones laborales de las nuevas generaciones. Entre ellos, cabe quizá destacar aquellos relacionados con la generación -no solo utilización- de nuevas tecnologías», explica Juan José Toribio, profesor de economía del IESE.

En los primeros años de la crisis económica, el sector financiero era el rey en las preferencias de estos futuros altos ejecutivos, por delante de la consultoría (25%) y de los distintos sectores industriales. En este último campo, los preferidos eran el sector químico y farmacéutico (el 9% en el 2010) y la energía y gestión de residuos (el 8%). Las actividades ligadas con las telecomunicaciones y la alta tecnología apenas atraían al 6% de los graduados.

En el 2017, en cambio, el atractivo del sector financiero se ha venido abajo, el de la consultoría sigue estable (27%), y el de las industrias se ha disparado, particularmente por el auge de las actividades ligadas a internet, el comercio electrónico y la tecnología (16%), los bienes de consumo y el comercio minorista (14%) y la salud (7%). «El gran cambio llegó con la caída de Lehman Brothers. Antes era atractivo trabajar en la banca de inversión, después no», detalla el director del MBA Career Services del IESE, Patrick Wallen.

Más y mejores alternativas

Los bancos preguntan por qué ha bajado el número de graduados que piden trabajar en ellos. A su juicio, hay tres razones: los estudiantes se gradúan a edades más avanzadas y no quieren asumir los mayores sacrificios del sector; hay «más alternativas que pagan bien, son más cool, y donde se trabaja mucho pero no es lo mismo, como Google, Amarzon o Face-book»; y hay menos MBA especializados únicamente en finanzas.

Con todo, Wallen estima que en los próximos años es posible que vuelva a aumentar el porcentaje de licenciados que optan por el sector financiero. Por un lado, por la pujanza de los servicios financieros a través de internet (fintech). Y por otra, por la mejora de la economía, que normalmente eleva la actividad de la banca.