El Banco de España confirmó ayer que el euríbor, el índice al que se encuentran referenciadas la mayoría de las hipotecas españolas, cerró septiembre en negativo (0,168%), de forma que ahonda en sus mínimos históricos. El euríbor se adentró en febrero del año pasado en terreno negativo por primera vez en la historia ante la política ultraexpansiva del BCE para apuntalar la recuperación en la zona euro.

El índice permanece hundido por debajo del 0% durante 19 meses consecutivos. Aunque las caídas se han aminorado durante los últimos meses, a pesar del importante descenso experimentado en septiembre.

La explicación a esta nueva caída del euríbor, según el analista de XTB, Gustavo Martínez, se encuentra en la reciente apreciación del euro. Esto ha obligado al BCE a sugerir que las inyecciones de liquidez continuarán incluso en el 2018. «Los grandes perjudicados en este escenario son los bancos o prestamistas, pues reducen considerablemente su beneficio al prestar tan barato. Mientras, los grandes beneficiarios son los hipotecados, que se financian o refinancian cada vez más barato», apunta Martínez.

Una familia con una hipoteca de 120.000 euros a 20 años con un diferencial de Euríbor +1% podría ahorrarse hasta unos 70,8 euros en su cuota anual (5,9 euros al mes).