El Banco de España exige una sola comisión por usar los cajeros

Hasta ahora los bancos dueños de los cajeros cargaban una comisión de en torno al 0,65% del dinero extraído de los terminales a las entidades de los no clientes que los usaban. En la mayoría de los casos, estas a su vez repercutían ese coste a sus clientes, aunque algunas como Bankinter, ING o EVO no lo hacen (es su forma de compensar que tienen pocas oficinas). Al empezar a cobrar los dos euros directamente, se corre el riesgo de que se cargue dos comisiones por el mismo servicio.

La normativa de conducta de mercado establece que solo se puede cobrar una comisión por un servicio, nunca dos o más. Las autoridades de Competencia españolas y europea, de hecho, están analizando si la situación creada por los tres grandes bancos españoles supone un doble cobro. Pero antes de que tomen una decisión al respecto, el organismo gobernado por Luis María Linde ha decidido recordar al sector que es una práctica prohibida: "Ese servicio solo puede originar el cobro de una comisión, ya sea por la entidad emisora de la tarjeta o por la entidad propietaria del cajero".

ACUERDO SECTORIAL

En la práctica, lo que hizo es exigir a las entidades que se pongan de acuerdo entre ellas sobre cuál de los dos bancos implicados debe cobrar la comisión. De hecho, mandó una carta a las distintas patronales del sector (bancos, cajas, cooperativas, establecimientos financieros y entidades de pago), en lugar de directamente a las empresas, "instando a las entidades intervinientes en esta operativa a que adopten las medidas necesarias para garantizar que, en cada operación, se procede al cobro de la comisión solo por una de ellas".

Desde CaixaBank, la pionera en el cobro de los dos euros, se argumentó que no hay un doble cobro por su parte. "Lo que no hacemos es cargar la tasa de intercambio (la comisión del 0,6% que se cobran los bancos entre sí) al banco del cliente. Y este no tiene por qué repercutirla a su cliente. Solo cobramos una comisión y no dos", argumentó su consejero delegado, Gonzalo Gortázar.

El ejecutivo mantuvo que su banco no ha decidido cobrar a los clientes de otras entidades para ganar dinero. "Lo hemos hecho para beneficiar a nuestros clientes. Tienen una entidad en la que pueden recibir los servicios que necesitan", alegó tras recordar que tienen 14 millones de clientes y unos 10.000 cajeros. Subrayó, así, que las comisiones cobradas por el banco estrictamente por servicios bancarios en el primer semestre, que incluyen las cargadas en cajeros, han disminuido un 3,3%, hasta los 677 millones de euros.

El banco no quiso desvelar cuántos usuarios de la competencia han dejado de usar sus cajero ("Aún es pronto"). Sin embargo, desde la competencia se asegura que estas operaciones podrían haber caído un 50%.

SIN OLIGOPOLIO

Su homólogo del BBVA, Carlos Torres Vila, defendió en la misma línea que su banco realiza una inversión de 20 millones al año en la renovación de sus cajeros que debe amortizar. También negó que el hecho de que los tres bancos hayan decidido cobrar la misma cantidad suponga que haya "nada raro", en referencia a una concertación de precios contraria a la libre competencia e indicativa de un oligopolio por la desaparición de muchas entidades en los últimos años.

"Es lógico que cobremos por los servicios que prestamos. A los clientes les cobramos por otras vías. La razón no es recaudatoria para nada. Lo que queremos es asegurarnos que la infraestructura está a disposición de nuestros clientes", añadió antes de dar por sentado que el uso de sus cajeros por no clientes bajará, lo que será una "señal positiva" para que estas inviertan en terminales. El consejero delegado del Popular, Francisco Gómez, apuntó por su parte que su entidad tomará una decisión "en las próximas semanas".