El Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco del Vaticano, multiplicó por cuatro sus beneficios en el 2014, hasta alcanzar los 69,3 millones de euros, frente a los 2,86 millones registrados en el 2013. Este incremento se debe al buen funcionamiento en las negociaciones de títulos y a la disminución de los costes operativos extraordinarios, según el balance de la entidad.

De estos 69,3 millones de euros de beneficio neto, 14,3 millones irán destinados a reserva de capital, mientras que 55 millones de euros se otorgarán a la Santa Sede.

La entidad lleva meses realizando una limpieza interna, de acuerdo con las instrucciones del Papa Francisco, para eludir todo tipo de cuentas y de operaciones de dudoso origen. Por ello, en el último año el banco ha perdido 2.230 clientes y ha cerrado 4.614 cuentas, aunque ha abierto 1.066. Al final del 2014 aún quedaban por cerrar 274 cuentas, de las que 148 serán clausuradas antes de que finalice este mes de mayo.

Los ingresos bajaron el 20%, hasta los 61 millones, y los gastos cayeron el 10%.