Golpe de efecto de Bankia y BMN. Los dos bancos aún controlados por el Estado se desmarcaron del resto del sector y anunciaron que devolverán de forma inmediata y generalizada todo lo cobrado de más por las cláusulas suelo, precisamente un día antes de que Luis de Guindos, ministro de Economía y responsable gubernamental de los bancos con ayudas, acuda al Congreso a defender el sistema extrajudicial para resolver el conflicto que el Ejecutivo aprobó hace unos días. La medida mete presión al resto de entidades, que optaron por estudiar caso por caso y que mayoritariamente defienden que sus cláusulas eran transparentes y legales.

Bankia devolverá a unos 60.000 clientes (quedan excluidas empresas y altos directivos del banco) lo cobrado de más y el interés legal del dinero por demora. Habrá que acudir a la sucursal a partir de este viernes y aceptar el cálculo de la cantidad realizado por la entidad, que lo abonará en el acto en metálico o mediante una amortización en la hipoteca. El banco reservó 200 millones de euros para hacer los pagos y calculó que se ahorraría unos 100 millones en costas judiciales que tendría que asumir si los casos llegan a los tribunales y, como es previsible, es condenado (de momento ha perdido el 90% de las sentencias). BMN puso en marcha un procedimiento similar y devolverá hasta 80 millones. Ya había reservado 35 millones y el resto lo hará con cargo a las cuentas del 2016, que se van a ver severamente mermadas.

Los dos bancos semipúblicos no han sido condenados de forma general por sus cláusulas suelo (solo lo han sido BBVA, Cajasur y Abanca) y el procedimiento creado por el Gobierno les permite, como al resto del sector, devolver solo el dinero a aquellos afectados con los que lleguen a un acuerdo por entender que su reclamación es justa. Por ello, el hecho de que hayan decidido reintegrar todo el dinero de forma generalizada fue interpretado por las otras entidades como una medida «populista y demagógica» del Ejecutivo de Mariano Rajoy.

Diversas fuentes bancarias consultadas denunciaron que la medida suponía admitir que las cláusulas suelo son ilegales y argumentaron que las sentencias hasta ahora solo las consideran así cuando eran abusivas o poco transparentes. La mayoría de entidades sostiene que las vendieron de forma correcta mayoritariamente. Por ello, explican, seguirán estudiando caso a caso pese a la «presión» que supone la iniciativa. También criticaron que la medida fuera adoptada por bancos que recibieron ayudas públicas, algo que a su juicio suponía «lavar su mala imagen a costa de los contribuyentes».

Adelantándose a estas críticas, el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, evitó anotarse un tanto: «No puedo dar consejo a nadie. Nosotros tenemos que hacer nuestro análisis y actuar según nuestra experiencia (la devolución extrajudicial del dinero de la salida a bolsa le ahorró