LA UNIÓN Europea (UE) pondrá fin mañana, después de treinta años, al régimen de las cuotas lácteas, dando paso a un nuevo escenario que abre oportunidades al sector, pero a la vez plantea amenazas. El objetivo del cambio, según la Comisión Europea, es permitir a los productores responder a la creciente demanda global de productos lácteos y poder competir frente a terceros países, en particular en los mercados asiáticos.