La recuperación de la economía está provocando un incremento de la desigualdad laboral en Aragón. El diagnóstico lo realizó ayer el economista jefe para España de BBVA Research, Manuel Cardoso, durante la presentación del informe Situación Aragón 2018, que augura un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 2,4% para el 2018 y también en el 2019, así como la creación de unos 21.000 puestos de trabajo hasta finales del próximo año. Estas cifras permitirán a la comunidad reducir la tasa de paro hasta el 7,7%, pero elevará las diferencias laborales entre los trabajadores aragoneses. Aragon sumo hoy unos 70.000 parados, de los que más de 23.000 llevan más de dos años en el desempleo.

«Al reducirse el paro, las empresas se enfrentarán a la falta de mano de obra cualificada, lo que provocará un aumento de los salarios. El problema será para los que no encuentren empleo mientras crecen las remuneraciones», advirtió Cardoso, que instó al Gobierno de Aragón y a las administraciones en general a potenciar la formación de los parados de larga duración con el fin de evitar que se queden al margen del cambio tecnológico. «Se dedican los mismos recursos a formación aquí que en un país como Austria, que tiene tres veces menos de desempleo que España», denunció el responsable de BBVA Research. Además, subrayó la «baja productividad» de esos recursos formativos, ya que no existe una relación directa entre las materias que se imparten y lo que exigen las empresas y el mercado laboral.

Otro de los factores que ha contribuido al incremento de la desigualdad en Aragón es que la comunidad tiende a converger cada vez más con España en lo que a temporalidad se refiere como consecuencia del nuevo marco laboral. Ante ello, recomendó apostar por la contratación indefinida, también para elevar la productividad de las empresas, y recordó que el nivel de riqueza previo a la crisis se ha recuperado, pero el empleo se encuentra todavía siete puntos por debajo del máximo del 2007.

DESACELERACIÓN / Desde la perspectiva de la actividad, BBVA Research pronostica que el crecimiento de Aragón será estable y positivo durante los próximos años, gracias a un entorno internacional «muy favorable», lo que fortalezará las exportaciones, pero también por los bajos tipos de interés. «Aragón tiene una economía fuerte, apoyada por las exportaciones, la inversión y un entorno favorable», consideró Cardoso.

No obstante, advirtió que, aunque el impacto de la crisis catalana en la comunidad no ha sido relevante en el último trimestre del 2017, restará entre tres y cuatro décimas al PIB aragonés en el 2018. Este será uno de los factores que contribuirán a la progresiva desaceleración de la economía regional en el corto plazo. De esta forma, Aragón pasará de un crecimiento del 3,2% en el 2017 al 2,4% en el 2018 y 2019, aunque «con un sesgo al alza», puntualizó Cardoso. La comunidad suma ya cinco años consecutivos de aumentos del PIB.

RIESGOS / Pese a todo, BBVA Research advierte de otros riesgos, entre los que también figuran el incremento de la temporalidad en el mercado laboral, lo que podría tener «efectos negativos en el sostenimiento de la demanda interna», aseguró el economista jefe en España de BBVA Research.

La subida del precio del petróleo y el previsible incremento de los tipos de interés también alientan una ligera desaceleración de la economía aragonesa. Además, el sector turístico, que ha contribuido en el 2017 al incremento de la demanda interna con cifras nunca vistas tanto en número de viajeros como en pernoctaciones, sufrirá un ligero descenso, auguró Cardoso.