Aunque muy poco a poco, el Black Friday empieza a calar entre los consumidores aragoneses. En tan solo tres años, esta jornada de descuentos importada de Estados Unidos ha logrado hacerse un hueco en el calendario comercial animando uno de los meses más flojos a nivel de ventas. Su efecto, sin embargo, aún no acaba de percibirse con fuerza en las cajas registradoras de las tiendas --sobre todo en las del pequeño comercio-- a pesar de la tímida recuperación del consumo. Eso sí, las calles del centro de Zaragoza y las grandes superficies se llenaron ayer de gente y los carteles de Black Friday decoraban casi todos los escaparates, confirmando que la iniciativa se ha consolidado en la capital aragonesa.

"Quizá está entrando más clientela, pero la verdad es que esperábamos más", señalaba Raquel, dependienta de una zapatería de la calle San Miguel que ofrecía descuentos de "entre el 10 y el 15%". "Yo no veo más movimiento, además creo que esto solo beneficia a las grandes cadenas, que manejan más volumen de ventas y tienen más capacidad y estoc para hacer descuentos", apuntaba Cristina, propietaria de una tienda de ropa en el sector de la calle Alfonso.

En este mismo sentido se manifestaba Jesús Martínez, el dueño de Modas Ana, en el Coso, que indicaba que el Black Friday "está pensado para las grandes superficies". "Hay más animación por la calle, pero en las ventas tampoco se nota mucho, además yo creo que la gente lo que hace es reservarse y compra menos en las semanas anteriores", explicaba.

Lo cierto es que ayer no se veían muchas bolsas con regalos por el centro de la ciudad. Quizá más en el entorno de las tiendas de El Corte Inglés, que fueron un ir y venir de gente. "He aprovechado para comprar regalos de Navidad y la verdad es que merecía la pena porque ya tenía controlados algunos precios y la rebaja era importante", comentaba Patricia nada más salir de El Corte Inglés de Independencia.

El efecto del Black Friday también se notó especialmente en las grandes superficies de la ciudad. "Ha habido mucha más afluencia de gente y hemos vendido más", aseguraba la encargada de una tienda de Puerto Venecia. Este centro, por cierto, aprovechó la jornada para realizar su tradicional encendido de Navidad.

Pocos dudan de que esta campaña ha llegado para quedarse. Buena prueba de ello es que los carteles de Black Friday llegaron hasta los comercios más tradicionales. En la avenida de Madrid, por ejemplo, eran pocas las que no los tenían.

EL ORIGEN Mientras que en Estados Unidos el viernes negro tiene lugar al día siguiente de Acción de Gracias, en España se celebra cerca de un mes antes de Navidad, avivando el consumo antes de la temporada más esperada por los comerciantes. Esta iniciativa anglosajona llegó a España hace unos años inspirada por los distribuidores estadounidenses, principalmente Amazon, todo un gigante del comercio electrónico que este 2015 espera alcanzar ventas récord en el país con una oferta siete veces mayor a la del 2014.

La jornada de compras empezó a tomar forma la noche del jueves, alrededor de las 22.00 horas, cuando muchos comercios decidieron empezar sus minirebajas en las tiendas on line. A esa hora, páginas web de tiendas de tecnología como Macníficos o K-Tuin (productos de Apple) o de tiendas de ropa como Zara u Oysho comenzaban a vender sus productos con descuentos, y miles de internautas trataron de comprar artículos en esos primeros minutos, lo que provocó el colapso de dichas webs durante varios minutos.

El Black Friday español dará paso al conocido como Cyber Monday o Ciber Lunes", que se centra exclusivamente en las ventas on line.