De campeón del vino a granel a referente de calidad en los mercados internacionales. Es el salto que ha dado Bodegas Paniza gracias a la gran transformación iniciada en el 2007, que culminará este año con una inversión acumulada de 10 millones de euros. Buena parte de ese dinero ha ido a parar a la modernización de sus instalaciones y a la renovación de maquinaria, pero el cambio también ha sido de mentalidad y a nivel comercial, con una apuesta decidida por la diversificación del catalogo de caldos y la internacionalización de las ventas.

La nueva etapa emprendida por la bodega, creada en 1953 como cooperativa Nuestra Señora del Águila, ha estado marcada por los buenos resultados. El crecimiento en la última década ha sido de un 1.000%. El pasado año alcanzó un volumen de negocio de casi 19 millones de euros y la venta de 13 millones de botellas. Estas cifras fueron similares a las del 2015, pero la rentabilidad mejoró un 18%.

En este último aspecto quiere incidir esta firma vinícola de la Denominación de Origen Cariñena. «No queremos más volumen, la estrategia pasa por aumentar el margen de rentabilidad y eso se consigue con más calidad y una mejor presentación del producto», explicó ayer José María Andrés, gerente de la bodega, en un encuentro con los medios de comunicación. Le acompañó el presidente de la misma, Javier Gimeno, quien destacó que la cooperativa es el principal motor económico de este pueblo de 750 habitantes y que gracias a su éxito en los últimos años se ha frenado la despoblación.

La clave del crecimiento está en la buena acogida de sus vinos en el mercado exterior, donde está presente en cerca de 50 países que representan más del 95% de las ventas.

La reconversión de la bodega, que cuenta con 300 socios y 50 empleados, se gestó en el 2007 tras poner en marcha un plan de inversiones que se inició con la renovación de las naves de elaboración. La modernización y ampliación de las instalaciones concluirá este año con la puesta en marcha de una nueva sede social y tienda, así como un almacén de 2.500 m². A ello se suma un lavado de cara de sus vistas exterior que pronto proyectará una imagen más «moderna, dinámica y sofisticada».