Almonacid de la Sierra será pronto un pueblo bio. Al menos, en lo que a viticultura se refiere. La cooperativa de la localidad, San Nicolás de Tolentino, ultima la inscripción de sus casi 400 hectáreas de viñedo en el Comité Aragonés de Agricultura Ecológica para reconvertir su producción de tradicional a orgánica, cuya demanda está en auge en toda Europa. Según ha podido saber este diario, detrás de esta iniciativa está Bodegas San Valero (BSV), que se compromete a comprarle la cosecha de uva, incluida la de la presente campaña, que asciende a dos millones de litros aunque la media es ligeramente inferior. Así, dentro de tres años, una vez que transcurra el periodo imprescindible para poder ser certificado, el mayor productor de vino de Aragón contará con una línea eco que impulsará el crecimiento de su negocio a través de la diversificación y, paralelamente, la comunidad duplicaría la actual superficie de viñedo ecológico.

Según fuentes cercanas a la operación, este acuerdo permitirá, además, que la cooperativa de Almonacid, en quiebra técnica, obtenga liquidez y pueda afrontar pagos urgentes a los bancos, vencimientos de deuda y extinciones de contratos. De hecho, sus 80 socios viticultores acumulan dos cosechas sin cobrar nada por la uva producida y la plantilla de la sociedad se ha reducido drásticamente, hasta contar con apenas dos trabajadores, ante la imposibilidad de abonar los salarios.

La delicada situación económica de la cooperativa de Almonacid viene de lejos. En 1987 se unió a la de Longares para dar lugar a Covinca, una cooperativa de segundo grado, con el fin de ganar tamaño y fortaleza en el mercado. Sin embargo, en el 2011 decidió escindir esta alianza y continuar su camino por separado, realizando una importante inversión en sus instalaciones, aunque tampoco parece haber encontrado una receta de éxito hasta ahora.

FÓRMULA NOVEDOSA

El compromiso adquirido entre San Nicolás de Tolentino y el grupo BSV, ambas en la Denominación de Origen Cariñena, supone una fórmula novedosa en el sector, ya que no se trata de una fusión ni una absorción. La condición de la segunda para acudir al rescate de la primera es que se inicie inmediatamente la conversión a cultivo ecológico de los viñedos de Almonacid, formado por vides antiguas de variedades autóctonas, con el objetivo de que los productos de las dos bodegas no compitan sino que complementen su oferta. Por su parte, BSV aportará su experiencia en la gestión como empresa exportadora, tecnología y su amplia red comercial.