Agosto suele ser sensible a la hipérbole bursátil. Poco sirve para provocar una gran reacción. De modo que la dialéctica -de momento- belicista que se ha instalado en las relaciones diplomáticas entre Corea del Norte y Estados Unidos ha tenido una respuesta en los mercados de renta variable europeos apreciablemente afectada. Particularmente en la bolsa española, que en dos días ha perdido más de un 3% del valor y ha dejado el índice Ibex 35 por debajo de los 10.300 puntos, cuando inició la semana por encima de los 10.600 puntos. En la jornada de ayer perdió un 1,60% del valor, algo por encima de la caída registrada en la mayoría de los parquets europeos.

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha avivado de nuevo la retórica beligerante que mantiene con el régimen de Corea del Norte, al afirmar que las opciones militares de EEUU están listas para ser desplegadas. «Las soluciones militares están listas para ser desplegadas si Corea del Norte actúa de forma imprudente. Espero que (el líder norcoreano) Kim Jong-un encuentre otra vía», escribió en su Twitter.

El caso es que ante esta situación, los inversores prefieren buscar los refugios seguros frente al riesgo de la renta variable, lo que se ha traducido en la toma de posiciones en el bono alemán a 10 años y, particularmente en el oro. El metal ya lleva varios meses al alza en paralelo a la depreciación del dólar y a las compras que están realizando los grandes bancos centrales para estabilizar los mercados de divisas.

Un reciente informe de Lyxor, del grupo Société Générale, sobre flujos de capitales en fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés) ponía de relieve que a lo largo de julio se había producido la mayor entrada del último año en vehículos especializados en materias primas y, especialmente, en metales preciosos. La cifra señalada en el documento es de 748 millones, casi el doble que la retirada que en el mismo periodo se produjo en el segmento de bonos soberanos de economías desarrolladas, lo que explica también la subida en paralelo de las primas de riesgo periféricas.

A pesar de esa situación, la mayoría de analistas mantienen una perspectiva a largo plazo positiva. «Las previsiones a 12 meses de Deutsche Bank Wealth Management para la renta variable indican que aún puede quedar algo de recorrido», afirman fuentes de la entidad.