La llegada del grupo alimentario Guissona a Épila supondrá un impulso para todo el sector primario aragonés. La ganadería avícola, sin duda, será una de las más beneficiadas, ya que el macrocomplejo cárnico que la compañía catalana va a levantar en la localidad zaragozana prevé sacrificar cada día unos 60.000 pollos. Para garantizar el suministro, será necesaria la instalación de granjas e incubadoras, que se sumarán a las actuales 450 explotaciones aragonesas dedicadas a la cría de pollos para carne. La idea del grupo propietario de la cadena Bon Àrea es que estas instalaciones se sitúen a una distancia «equidistante» entre Épila y Guissona (Lérida), donde se encuentra la única planta procesadora que tiene la empresa actualmente.

«La intención es que primero suministren a Guissona y pasen a abastecer a Épila cuando ya esté en marcha», explicó ayer el director general de la firma, Jaume Alsina. El máximo responsable de Guissona hizo estas declaraciones durante las Jornadas Profesionales de Avicultura, que se celebran estos días en Calatayud y a las que ayer acudieron numerosos empresarios (presentes y futuros) del sector.

Alsina indicó que el matadero de pollos será el primero que se ponga en marcha en el macrocomplejo de Épila. Estimó que eso ocurrirá entre 2023 y 2025. Después se construirá uno para cerdos, otro para pavos y otro para vacuno y cordero. «La idea es que el matadero de pollos empiece a levantarse en 2021 o 2022», dijo Alsina, que apuntó que en el área de influencia del centro se necesitarán dos millones de plazas para engorde en los próximos años que produzcan 15 millones de ejemplares al año.

No obstante, esta no será la primera instalación que estará operativa en el macrocomplejo de Épila, cuyas obras comenzarán en el 2019. Y es que el grupo prevé que la planta de fabricación de pienso para mascotas esté en funcionamiento antes de finalizar 2020.

Alsina dejó claro ayer que la llegada de Guissona a la comunidad generará oportunidades de negocio más allá del sector primario. En este sentido, comentó que para construir y poner en marcha las diferentes granjas suelen trabajar siempre con empresas y técnicos de la zona.

CRISIS EN CATALUÑA

Por otra parte, fuentes de la compañía indicaron ayer a este diario que el proyecto de Épila «continúa en marcha tal y como estaba previsto y acordado» a pesar de la crisis catalana. La consejera de Economía, Marta Gastón, ya indicó la pasada semana que el centro no corría peligro pese al desafío soberanista.

Mientras tanto, el proyecto sigue su camino en los despachos y a partir de enero comenzarán las expropiaciones. El grupo prevé crear en un plazo de doce años hasta 4.000 nuevos empleos en su macrocomplejo e invertir unos 400 millones de euros.