El futuro laboral de los 150 trabajadores de la planta de Bosal en Pedrola corre un serio peligro si la auxiliar del automóvil no encuentra pronto nueva carga de trabajo. La empresa ha perdido el contrato para la fabricación de los tubos de escape del nuevo Opel Corsa, un modelo que se fabricará en Figueruelas a finales del 2019 y que ahora supone casi el 70% de la actividad de la factoría. Con todo, la compañía se resiste a tirar la toalla y va a buscar nuevos pedidos.

La plantilla de la fábrica apoyó ayer con una amplia mayoría (113 síes, 25 noes y 4 abstenciones) el preacuerdo alcanzado el viernes en el SAMA entre el comité y la dirección, por lo que se desconvocan los paros parciales previstos para esta semana. Los representantes sindicales habían exigido un plan industrial que la empresa se comprometió a presentar en el medio plazo. De esta forma, la auxiliar gana algo de tiempo para intentar evitar el cierre de la planta.

Según indicaron fuentes sindicales, la compañía ya está trabajando en este sentido. De hecho, en junio finalizan dos de sus proyectos actuales y la firma ya les ha encontrado sustitutos (entre ellos un pedido para fabricar tubos de escape del Opel Adam y del Volkswagen T-Roc), un movimiento que para los sindicatos ratifica el deseo de Bosal de mantener operativa la factoría de Pedrola.

Sin embargo, el comité sabe que no va a ser tarea fácil. Tanto es así que el viernes ya negoció las indemnizaciones por si el citado plan industrial no fructifica (las partes volverán a reunirse en julio para ver posibles avances). Si la planta cierra, los trabajadores recibirán 35 días por año con un tope de 26 mensualidades.

Bosal perdió el contrato del nuevo Corsa en favor de Faurecia, que fabricará los tubos en su planta de Pedrola. Algunas voces han apuntado que el futuro de Bosal también podría pasar por que Faurecia u otra firma se hiciera cargo de su negocio y su plantilla.