La Comisión Europea dio ayer el visto bueno a la adquisición de Opel, filial europea del grupo estadounidense General Motors (GM), por parte del grupo francés PSA, matriz de Peugeot. La noticia, que se produjo durante la tarde de ayer, pone de manifiesto que Bruselas no plantea problemas de competencia para el mercado comunitario.

La Comisión Europea ha investigado el posible impacto de la fusión en el mercado europeo en general y en el francés en particular, dado que las dos marcas son fabricantes de peso en el sector de la automoción. Además, ha examinado los posibles solapamientos de las marcas en la venta al por mayor y al por menor de vehículos particulares y utilitarios, pero ha concluido que las partes de mercado que combinan son «relativamente bajos» en todos los sectores afectados.

La sociedad resultante de la fusión, según añadió el Ejecutivo comunitario en su evaluación, seguirá encontrando una competencia de peso en constructores como Renault, Volkswagen, Daimler, Ford, Fiat y varias marcas asiáticas.

Bruselas tampoco vio inconvenientes en lo que se refiere a los canales de distribución al por mayor y al por menor, dado que tanto Opel como PSA tienen ya distintos canales y existen otros distribuidores importantes y de peso.

La operación convertirá a PSA en el número dos del sector del automóvil en Europa --con 2,95 millones de vehículos vendidos en 2016, sólo por detrás de Volkswagen (3,91 millones)-- y «servirá de base al crecimiento rentable del grupo».

UN PASO MÁS

El visto bueno de la Comisión Europea supone un paso más hasta que la operación de compra de Opel por PSA, que fue notificada a Bruselas el pasado 30 de mayo, sea certificada al 100%.

Ayer, el grupo automovilístico francés se felicitó del visto bueno de la Comisión Europea y subrayó que sus equipos están ahora concentrados en cerrar la operación antes de finales de año.

En una primera reacción a la autorización de Bruselas, el director de los programas y la estrategia de PSA, Patrice Lucas, consideró que «hoy (por ayer) se ha superado una etapa importante». «Los equipos están concentrados en la realización de otras condiciones necesarias», añadió Lucas.

En este sentido, está pendiente del pronunciamiento de las autoridades de la competencia europeas sobre la filial financiera de General Motors en Europa, que se espera en este segundo semestre.

De acuerdo con los términos del acuerdo presentado en marzo pasado, GM Financial Europe se la quedarán, a partes iguales, PSA y el banco francés BMP Paribas, que se comprometieron a pagar 900 millones de euros por ese negocio.

La Comisión Europea no puso ayer ninguna condición a su aprobación de la adquisición de Opel/Vauxhall, al concluir que esa operación (valorada en 1.300 millones de euros) no plantea problemas de competencia en los mercados afectados.

DIGITALIZACIÓN

El vicepresidente de Manufacturas de Opel Europa Philip Kienle, valoró ayer desde Zaragoza la noticia y confirmó que «todo sigue según el plan» y que este paso supone una «nueva etapa» en la marcha de la compañía.

Kienle, que ayer recibió el Premio Empresario de Aragón en la II Cumbre por la Competitividad acompañado por el director general de Opel España, Antonio Cobo, subrayó que la compañía quiere ser «motor» de la digitalización porque la industria del automóvil va a cambiar «permanentemente».

El directivo significó que el Internet de las Cosas va a «revaluar» y «transformar» el negocio y la forma de hacer las operaciones en la compañía. «El coche conectado es más que un paquete tecnológico, es un cambio de paradigma», sentenció.