Un pan sin aditivos, bajo en gluten y grasas, con poco azúcar y mucha fibra y que tiene "excepcionales características nutricionales y saludables". Es el Sarraceno, (nombre derivado del trigo que lleva ese nombre) el nuevo producto que Panishop ya ha puesto a la venta en sus 40 tiendas (15 propias y 25 franquicias) de toda España. Este pan, que cuesta 2,30 euros, es el resultado de años de investigaciones y de la apuesta de la familia Rébola por el Slow Baking, una nueva gama de productos que ya representa el 20% del total de la facturación de Panishop, y que se centra en la elaboración lenta y artesana --el Sarraceno precisa de un proceso de 30 horas-- de productos sin aditivos ni conservantes.

Esta tarea de reinventar el pan en Panishop es fruto de la convicción de su director de I+D, Jorge Pastor, de incidir en la investigación y el desarrollo de nuevos productos que diferencien a la cadena aragonesa. Hoy, el 50% del consumo de este alimento está controlado por cinco grandes cadenas, pero hay un nicho de mercado que todavía tiene recorrido, el artesano.

El pan Sarraceno se incorpora a la hornada de productos de Panishop basados en el Slow Baking, que incluye la cañada de azúcar, el pan de bagazo (de cerveza), de pipas de calabaza, de pasas, el pan Celta (10 cereales semillas y granos) o la Tahona multicereal, entre otros. Esta gama es la única del mercado con el certificado del Centro Nacional de Tecnología Agroalimentaria.

Expansión

Un abanico de posibilidades con el que la cadena pretende crecer, prioritariamente, en Madrid, donde Panishop contempla la apertura de diez establecimientos. El objetivo es llegar a las 50 tiendas en la capital, aunque no hay un plazo concreto para ello.

La firma, que da empleo directo e indirecto a 350 personas, prevé presentar sus resultados en próximas semanas, con un leve crecimiento en el 2014. En 2013 las ventas superaron los 15,8 millones.