Caixabank ha instalado en Valencia su sede social y fiscal por la crisis política catalana, una decisión que no es temporal. Así de claro lo dejó ayer Gonzalo Gortázar, consejero delegado de la entidad, en la presentación de resultados del tercer trimestre que por primera vez en la historia de La Caixa se celebran fuera de Barcelona, concretamente en la antigua sede del Banco de Valencia. «Si el consejo de administración hubiera querido decir que el traslado era temporal lo hubiera dicho y no dijo nada al respecto», sentenció Gortázar, haciendo referencia a la decisión del pasado 7 de octubre. «Las sedes sociales no tienen plazos, o están en un sitio o en otro. Ahora está en Valencia y no se le ha querido poner el calificativo de temporal», resumió el directivo.

Además de los consejos de administración mensuales, como el del pasado lunes, el banco celebrará en Valencia sus juntas generales de accionistas. Gortázar descartó que vayan a moverse divisiones de negocio por el momento, como sí prevé hacer el Sabadell a Madrid. Sin esconder el impacto emocional que para la entidad ha tenido este cambio, había entre los directivos un ambiente de satisfacción por el aterrizaje y el buen recibimiento a nivel territorial y político.

Gortázar insistió en que la decisión se tomó por motivos «técnicos» y para proteger los intereses de los clientes y garantizar la pertenencia a la zona euro. También justificó que la decisión no pasara el trámite de la aprobación de la junta general de accionistas porque «los accionistas ya se encuentran bien representados en el consejo donde se tomó la decisión de forma unánime». Gortázar admitió que la fuga de depósitos tras el referéndum del 1-O provocó una «intranquilidad al alza». No quiso detallar el «impacto negativo» de esos movimientos, pero recalcó que fue pequeño y que tras el anuncio «se ha parado y revertido; seguimos con la senda de crecimiento».

Gortázar aprovechó para hacer un llamamiento a «la tranquilidad» de los clientes catalanes, algunos de los cuales han pedido tener sus cuentas en otras comunidades, como ha pasado «en todo el sector». «Damos facilidades, pero no hay ninguna necesidad. Yo tengo prácticamente la totalidad de mi patrimonio en la oficina de la Diagonal y duermo con absoluta tranquilidad», aseguró.

RESULTADOS RÉCORD

Gortázar realizó estas reflexiones tras presentar los mejores resultados trimestrales de la historia de la entidad, con un beneficio de 1.488 millones entre enero y septiembre, el 53,4% más respecto al mismo periodo del 2016. Sin tener en cuenta la contribución del BPI, el resultado hubiera crecido el 34,8%. El margen financiero, que refleja la actividad bancaria clásica de pagar por los depósitos y cobrar por los créditos, ascendió a 3.550 millones, con un alza del 15,2%.

Los clientes del banco luso han sido también clave para que CaixaBank haya superado la barrera de los 350.000 millones en recursos gestionados de clientes, con un aumento del 15,2%, que sin el BPI habría sido del 3,7%. «Creíamos en Portugal y los acontecimientos nos han dado la razón», presumió Gortázar.