CaixaBank volvió el año pasado a superar los 1.000 millones de beneficio por primera vez desde el 2011, después de que en el 2012 el beneficio cayera hasta los 230 millones en el peor año de la crisis financiera en España. La entidad participada por Criteria (45,3% del capital) ganó 1.047 millones de euros, un 28,6% más que en el ejercicio anterior, cuando el resultado se situó en 814 millones. El margen de intereses del banco, que recoge principalmente la evolución del negocio puramente bancario de pagar por los depósitos y cobrar por los créditos, se situó en 4.157 millones, con un descenso del 4,5%, debido al entorno de bajos tipos de interés, a la fuerte competencia en el sector y a que la entidad ya no aplica las cláusulas suelo en buena parte de su cartera hipotecaria desde el 2015.

Las participadas de CaixaBank, principalmente Telefónica (5%) y Repsol (10,1%), pero también el negocio asegurador, aportaron unos ingresos de 828 millones de euros a las cuentas del banco. Estos ingresos, junto a la contención de los gastos de explotación y una reducción de los costes extraordinarios, han permitido la evolución positiva del beneficio. CaixaBank anunció ayer que se mantendrá la política de distribuir el 50% del beneficio vía dividendo en metálico.

La presentación de los resultados ha sido la primera bajo la presidencia de Jordi Gual, en sustitución de Isidre Fainé, que ahora preside Gas Natural, también participada en un 24% por Criteria. Gual, que presentó los resultados junto a Gonzalo Górtazar, consejero delegado, explicó ayer que el accionista del banco tiene previsto bajar su partipación del actual 45,3% a alrededor del 40% este año para cumplir con los criterios de gobernanza que impone el Banco Central Europeo.

La entidad registró en el cuarto trimestre una provisión adicional de 110 millones de euros para hacer frente a posibles reclamaciones por las cláusulas suelo, esta cantidad se suma a los 515 millones que ya había reservado para este fin en el 2015, lo que sitúa el importe global de provisiones por las suelo en 625 millones. El banco ha garantizado que analizará «caso a caso» las reclamaciones y ha aclarado que devolverá el importe de aquellas en que hubiera habido «abusividad».