La Caja Rural de Teruel cerró el 2016 con un beneficio neto de 1,127 millones de euros, frente a los 4,3 del 2015. La entidad achacó la caída a que se han obtenido 4,643 millones menos de margen financiero este año y a la dotación excepcional por cláusulas suelo, que ha alcanzado los 2,3 millones de euros.

El margen bruto de la entidad se cerró en los 40 millones de euros, de los que 15,797 millones se destinaron a gastos de explotación y 23,525 millones a saneamientos por activos dañados. «En el ejercicio 2015, destinamos a saneamientos 24,669 millones y este año 25,385 millones, una cifra similar, cumpliendo el objetivo de destinar estos años los márgenes a sanear la morosidad, los adjudicados y cláusulas suelo», señaló la entidad. Los resultados fueron aprobados ayer en la asamblea general de la cooperativa de crédito.

Caja Rural de Teruel ha generado en los últimos años 230 millones de margen de explotación, de los cuales 204 millones han sido destinados a sanear morosidad y 26 millones a beneficios. «Nuestro empeño seguirá los próximos tres años en rebajar una morosidad que este año ha aumentado más de lo previsto, con concursos de acreedores inesperados», indicó ayer la entidad.

Las cifras de créditos fueron muy similares a las del 2015 y se produjo un incremento en los depósitos de clientes, de 916 millones a 987 millones (+7,50%). Los recursos de clientes (incluyendo capital, fondos, pensiones, bolsa,...) se situaron en 1.347 millones frente a 1.261 millones, un incremento del 6,82%, y los recursos propios pasaron de 110,293 millones a 123,777 millones.