Comisiones Obreras (CCOO) de Aragón ha abierto una nueva etapa. Tras más de 12 años bajo el liderazgo indiscutible de Julián Buey, el hoy primer sindicato de Aragón eligió el pasado viernes en su XII congreso regional a Manuel Pina (Zaragoza, 1966) como secretario general. Se impuso con 100 votos frente a los 72 de su rival, Juan Urdániz (el 57% sobre 41%). Pina, casado y padre de tres hijos, coge las riendas de una organización con más de 30.000 afiliados y a la que lleva vinculado todo una vida. Poco después de entrar a trabajar en Telefónica con 23 años, comenzó a involucrarse en el sindicato. Primero, en el seno de su empresa, donde fue secretario y presiente del comité de Zaragoza, además de ejercer responsabilidades en la sección sindical a nivel estatal. Y desde hace 12 años está en los cuadros de mando de CCCO Aragón como número dos: secretario de Acción Sindical. Apuesta por la renovación pero sin dinamitar el legado de la último etapa.

-¿Qué le animó a presentarse?

-Fue una reflexión colectiva. Una serie de personas creían que no solo había que renovar personas sino también confianzas y en esas confianzas estaba la valoración del trabajo hecho. El grupo de posibles candidatos se fue cerrando hasta que se decidió que fuera yo la persona que encarnara esa renovación. No fue una decisión meramente personal.

-¿Qué conclusiones extrae del congreso?

-El balance de la etapa de Buey ha sido bueno. Hay recordar que hace 12 años CCOO perdía las elecciones sindicales en Aragón por mil delegados y hoy somos los primeros. No solo eso. Hemos aguantado muy bien la caída de afiliación que trajo la crisis. Otra parte del sindicato ha creído que la renovación suponía un borrón y cuenta nueva. Nosotros creemos que hay que partir de una experiencia pasada para construir el futuro. Esa es la diferencia de visiones que se ha dado.

-¿El resultado de la votación era el que esperaba?

-Sí. Lo cierto es que se han movido en dos o tres votos. Se hablaba de que iba a ser reñido, pero no lo ha sido tanto: 28 votos de diferencia sobre 172 son bastantes.

-Durante la etapa de Buey el sindicato ha estado muy pacificado, ¿esto se ha acabado?

-Voy a trabajar para que no se acabe la paz interna. Espero que nos acabemos encontrando en los ámbito de trabajo y en la colaboración en todas las estructuras del sindicato. La comisión ejecutiva es diversa y plural y habrá que repartir responsabilidades.

-La otra candidatura ha criticado el «sindicalismo de despacho» de la anterior ejecutiva.

-No tenemos esa visión. Hemos dado mucho la cara. Cada estructura en la organización tiene una función y la nuestra, en la parte de diálogo social, requiere de una parte de responsabilidad y más despacho con los gobiernos y los empresarios. Sin embargo, hemos dado un salto para acercarnos a la calle.

-¿Son malos tiempos para liderar un sindicato?

-Sí, pero los hubo peores. Nacimos en una dictadura y hubo mucha gente que perdió la vida y la libertad. Es cierto que hemos sufrido un desprestigio social. Una parte tiene que ver con cuestiones que hemos hecho mal y que hemos intentado cambiar. Pero otra se debe a la crisis, que ha puesto patas arriba el sistema político y social y nosotros estábamos en medio. Los partidos políticos han sufrido un verdadero tsunami, pero el sindicalismo y CCOO han sobrevivido. Con UGT sumamos casi el 80% de la representación. Nos ha tocado lidiar con la crisis, la mayor de toda mi vida, y estamos sufriendo las consecuencias, pero ahora toca dar el salto que queremos.

-Ha dicho que quiere acercar el sindicato a los trabajadores precarios, ¿cómo?

-El problema es que los precarios no tienen ni un sector ni un centro de trabajo concreto, que es el entorno en el que los sindicatos nos movemos. Una de las cuestiones que estamos valorando es la figura del sindicalista de referencia, para que nos pongan cara y tengan un contacto permanente si les surge un problema.

-¿Qué otros retos se propone?

-Para nosotros es fundamental el diálogo social con el Gobierno de Aragón. Lo hemos pasado muy mal con la crisis. En la época de Rudi fue de perfil muy bajo. Con Lambán ha cambiado, pero pedimos más celeridad. Asumo el reto que nos ha planteado la consejera Marta Gastón de impulsar la Ley de Participación Institucional, que venimos reclamando hace mucho tiempo para estructurar de una vez la participación de los agentes sociales.

-Los jóvenes y las mujeres tienen un poco peso en los sindicatos.

-Es otro reto. Tiene sus razonamientos, pero eso nos puede llevar a la autocomplacencia. Por primera vez tenemos una ejecutiva con más mujeres que hombres y eso es una llamada de atención de la importancia que le damos a este tema. Jóvenes y mujeres van a ser dos colectivos prioritarios.

-¿En qué se va a visibilizar que CCOO pasa «a la ofensiva»?

-Sobre todo queremos que se note en nuestras propuestas en la negociación colectiva, porque si conseguimos arrancar mejoras, los trabajadores lo perciben directamente en su nómina. Y en la parte de protección social vamos a dar la batalla también. Es importantísimo que las personas no se queden sin ingresos. Vamos a pelear por la renta mínima.

-Callizo (CEOE) dice que en Aragón no hay precariedad.

-Con los empresarios tenemos una discrepancia sobre la palabra precariedad. Ellos entienden que aquello que es legal no es precario y, sin embargo, nosotros decimos que las reformas laborales, sobre todo la última, precarizaron mucho el mercado de trabajo y lo hicieron de forma legal.

-¿Habrá más ajustes internos?

-No. Hemos tenido una situación económica equilibrada gracias a que hicimos los ajustes necesarios cuando tocaban. El ERE fue duro, pero sin este tendríamos verdaderos problemas. Nuestra viabilidad económica es encomiable y la propia confederación nos pone de ejemplo. Ahora bien, creemos que la sociedad y los gobiernos son muy injustos con la labor que hacemos en el diálogo social y la negociación colectiva. Firmamos acuerdos para todos los trabajadores, sean afiliados o no. De alguna manera se debe valorar ese trabajo con leyes.

-¿Están ahora más cerca de Unidos Podemos que del PSOE?

-En CCOO hay una pluralidad absoluta en el campo de la izquierda. En la ejecutiva anterior (y creo que la nueva) hay afiliados a PSOE, CHA, IU y Podemos. No estamos más cerca o más lejos de ninguno, sino de sus propuestas. Evidentemente solemos estar más cerca de la oposición porque siempre intenta avanzar más que los gobiernos.